Los obispos de la USCCB aprobó fondos para 112 proyectos, totalizando poco más de un 1,7 millones de dólares para subsidiar el trabajo pastoral
A partir de la reciente reunión de primavera, celebrada el pasado 9 de junio, el Subcomité para la Iglesia en América Latina de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB) aprobó fondos para 112 proyectos, totalizando poco más de un 1,7 millones de dólares para subsidiar el trabajo pastoral de la Iglesia en el Caribe y América Latina.
El Subcomité para la Iglesia en América Latina supervisa la Colecta para la Iglesia en América Latina como parte del Comité sobre Colectas Nacionales de USCCB.
La belleza de compartir
Cada año, la Iglesia católica estadounidense realiza una colecta para América Latina, en la cual se pide, especialmente, la generosidad de los católicos de este país con los del restos del continente, cuyas iglesias pasan por situaciones a menudo desfavorables, cuando no, francamente de pobreza e imposibilidad de llegar a regiones remotas con el mensaje de salvación.
Se trata de una práctica de subsidio que se ha venido dando a lo largo del tiempo y que le ha permitido a la USCCB hermanarse con el episcopado latinoamericano y del Caribe para hacer frente tanto a las necesidades de comunidades y grupos religiosos como a la formación sacerdotal, así como a enfrentar crisis humanitarias como la producida por el terremoto en Haití en 2010.
“A través de la generosidad de los católicos en el país, hemos podido continuar nuestra misión en apoyo de la Iglesia en América Latina aprobando solicitudes de subsidios durante nuestra reunión de junio,” dijo en su mensaje monseñor Eusebio Elizondo, obispo auxiliar de Seattle y presidente del Subcomité. “Es una bella cosa, el ser testigos del compartir recursos entre los Estados Unidos y diócesis en Centro y Sur América que están más aisladas y enfrentan más desafíos financieros”.
Monseñor Elizondo, quien también se hace cargo del tema de migraciones en la USCCB señaló que estos subsidios “asisten en capacitación y, aún más importante, es que estos subsidios proveerán fondos para proyectos que fortalecen y animan a la gente, permitiéndoles crecer en su fe y compartirla con otros”.
Paz, indígenas, misioneros y Haití
En información específica sobre la naturaleza y el destino de los recursos transferidos por la USCCB para América Latina y El Caribe, muestra que los países que recibieron más fondos durante este ciclo son Colombia, Haití, Perú, México, República Dominicana, y Nicaragua.
De forma general, el comunicado del Subcomité que preside monseñor Elizondo indica que en Colombia, “organizaciones juveniles recibirán fondos para talleres que les ayudaran a crecer en su fe y fomentar la paz en un ambiente de violencia local causada por las guerrillas”.
Por otra parte se informó que “uno de los subsidios dará apoyo a seminaristas en Perú que provienen de familias de uno de los grupos indígenas del país”, y en Brasil, “se proveerá entrenamiento a misioneros y apoyo a su trabajo con las comunidades indígenas de la Amazonia”.
Otros proyectos que recibieron fondos durante la reunión se concentrarán en la formación de catequistas laicos y el cuidado pastoral de necesidades creadas por la migración. También se apoyará la educación y entrenamiento para comunidades de hermanas religiosas y ministerios pastorales para familias.
En el tema específico de Haití, que ha sido, desde 2010 uno de los temas recurrentes de apoyo de la USCCB, fueron apoyados seis proyectos para la reconstrucción de la Iglesia en esa isla. Los recursos aprobados para Haití suman dos millones 900 mil dólares; fondos que provienen de la colecta especial para la Iglesia en Haití.
“La Iglesia en Haití está experimentando un periodo de reconstrucción y renovación después del terremoto del 2010”, dijo el arzobispo Thomas Wenski de Miami, presidente del Subcomité de la Junta Asesora sobre Haití. “Necesitamos permanecer entregados a caminar con nuestros hermanos y hermanas en la fe, acompañándolos durante estos proyectos de reconstrucción hasta que nuevamente tengan lugares de oración”, dijo monseñor Wenski.
Cabe resaltar que toda la ayuda para el trabajo de reconstrucción en Haití pasa a través del Partnership for Reconstruction of the Church in Haiti (PROCHE), una entidad de la Conferencia de Obispos de Haití.