Ceremonia de bienvenida al Papa en Jordania: El Rey reconoce el papel de Francisco en el diálogo con el Islam
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“Trabajaremos juntos por la paz en Medio Oriente”. El Rey Abdalá II bin al-Hussein ha dicho al Papa que Jordania se comprometerá en buscar la paz, la reconciliación y el diálogo en Medio Oriente. El Rey ha dicho al Papa: “Usted se ha comprometido personalmente en el diálogo, especialmente con el Islam. Además al ser el sucesor de San Pedro, usted se ha convertido en la consciencia del mundo entero”.
Concluida la visita de cortesía a los Reales de Jordania, en el gran salón de los recibimientos del Palacio Real de Amman, el Santo Padre Francisco ha encontrado a las Autoridades de la Jordania, alrededor de 300 personas entre las más altas figuras del Reino, los miembros del cuerpo diplomático y los mayores representantes de las religiones.
El Rey Jordano había recordado en su discurso que el Papa ha siempre propuesto en su pontificado el objetivo de construir puentes, y ha confirmado que un Islam que vive con gracia y armonía con todos en Jordania es un ejemplo de convivencia y acogida entre cristianos y musulmanes. Y ha concluido con la invitación a trabajar juntos por el bien de la humanidad para contribuir al problema de los refugiados sirianos y de encontrar un acuerdo de paz también para un Estado para los palestinos.
Después del discurso del Rey Abdallah II bin Al Hussein, el Santo Padre pronuncia el discurso que recogemos aquí:
Doy gracias a Dios por permitirme visitar el Reino Hachemita de Jordania, siguiendo las huellas de mis predecesores Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI, y agradezco a Su Majestad el Rey Abdullah II sus cordiales palabras de bienvenida, con el vivo recuerdo de nuestro reciente encuentro en el Vaticano.
Extiendo mi saludo a los miembros de la Familia Real, al Gobierno y al Pueblo de Jordania, tierra rica en historia y de gran significado religioso para el Judaísmo, el Cristianismo y el Islam.
Este país acoge generosamente a una gran cantidad de refugiados palestinos, iraquíes y procedentes de otras zonas en crisis, en especial de la vecina Siria, destruida por un conflicto que está durando demasiado tiempo. Esta acogida merece el reconocimiento, la estima y la ayuda de la comunidad internacional.
La Iglesia católica, dentro de sus posibilidades, quiere comprometerse en la asistencia a los refugiados y a los necesitados, sobre todo mediante Caritas Jordania.
A la vez que constato con dolor que sigue habiendo fuertes tensiones en la región medio-oriental, agradezco a las Autoridades del Reino todo lo que hacen y les animo a seguir esforzándose por lograr la tan deseada paz duradera en toda la Región.
Para esto, es necesario y urgente encontrar una solución pacífica a la crisis siria, además de una justa solución al conflicto entre israelíes y palestinos.
Aprovecho la ocasión para renovar mi profundo respeto y consideración a la comunidad Musulmana, y expresar mi reconocimiento por el liderazgo que Su Majestad el Rey ha asumido para promover un más adecuada entendimiento de las virtudes proclamadas por el Islam y la serena convivencia entre los fieles de las diversas religiones. Lo siento como un hombre de paz, artífice de la paz, gracias.
Manifiesto mi gratitud a Jordania por haber animado diversas iniciativas importantes a favor del diálogo interreligioso para la promoción del entendimiento entre judíos, cristianos y musulmanes, como el "Mensaje Interreligioso de Amán", y por haber promovido en el seno de la ONU la celebración anual de la "Semana de la Armonía entre las Religiones".
Quisiera ahora dirigir un saludo lleno de afecto a las comunidades cristianas, cuidadas por este este reino, comunidades que, presentes en el País desde los tiempos apostólicos, contribuyen al bien común de la sociedad en la que están plenamente insertadas.
A pesar de ser hoy numéricamente minoritarias, tienen la posibilidad de desarrollar una cualificada y reconocida labor en el campo educativo y sanitario, mediante escuelas y hospitales, y pueden profesar con tranquilidad su fe, respetando la libertad religiosa, que es un derecho humano fundamental y que espero firmemente que sea tenido en gran consideración en todo Medio Oriente y en el mundo entero.
Esto “comporta tanto la libertad individual como colectiva de seguir la propia conciencia en materia religiosa como la libertad de culto… la libertad de elegir la religión que se estima verdadera y de manifestar públicamente la propia creencia" (BENEDICTO XVI, Exhort. Ap. Ecclesia in Medio Oriente, 26).
Los cristianos se sienten y son ciudadanos de pleno derecho y desean contribuir a la construcción de la sociedad junto a sus conciudadanos musulmanes, ofreciendo su aportación específica.
Dirijo, finalmente, un deseo especial de paz, por la paz y prosperidad del Reino de Jordania y a su pueblo, con la esperanza de que esta visita contribuya a incrementar y promover relaciones buenas y cordiales entre cristianos y musulmanes.
Para que Dios nos defienda del miedo al cambio así como usted ha recordado, su Excelencia”.
Les agradezco su acogida y amabilidad. Que Dios omnipotente y misericordioso conceda a Sus Majestades felicidad y larga vida, y colme a Jordania de sus bendiciones. ¡Salam!