El padre Antonio José Velázquez Delgado, secretario ejecutivo del Departamento de Familia, Juventud y Vida del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), ha escrito un documento penetrante sobre Aspectos de la familia en la posmodernidad que reclaman la atención de la pastoral familiar, como preparación al Primer Congreso Latinoamericano de Agentes de Pastoral Familiar a celebrarse del 4 al 9 de agosto de 2014, en la capital de Panamá.
El padre Velázquez Delgado toma como referencia el documento final de Aparecida para recordar que “la familia es uno de los tesoros más importantes de los pueblos latinoamericanos y caribeños, y es patrimonio de la humanidad entera”. En el número 432 del documento de Aparecida, los obispos del continente señalaron que “en nuestros países, una parte importante de la población está afectada por difíciles condiciones de vida que amenazan directamente la institución familiar”.
El mensaje final del texto de mayo de 2007, en la Quinta Asamblea General de CELAM, que tuvo como cabeza de redacción al actual Papa Francisco, recordaba a los agentes de pastoral de la familia que en su condición de discípulos y misioneros de Jesucristo, están “llamados a trabajar para que esta situación sea transformada, y la familia asuma su ser y su misión en el ámbito de la sociedad y de la Iglesia”. Justamente, en ese espíritu es donde se inscribe la reflexión del secretario ejecutivo del Departamento de Familia, Juventud y Vida del CELAM-
Postmodernidad y fragilidad
El sacerdote del CELAM constata, en primer lugar, “cómo en la posmodernidad la sociedad ha ido viviendo acelerados cambios en estructuras sociales, familiares, económicas, tecnológicas y científicas las cuales conllevan al individualismo, a la indiferencia y a una mentalidad de consumismo y de desecho, promoviendo un estilo de vida que debilita la comunión entre las personas y fragiliza los vínculos familiares”.
Los cambios –dice el padre Velázquez Delgado—“influyen en cada persona, especialmente en el hombre y la mujer de hoy día, quienes reciben como solución a sus problemas cotidianos propuestas seductoras que en diversas medidas comprometen la verdad y la dignidad de la persona humana, que es un individuo en relación con el otro, el yo con el tú, es decir el nosotros, donde se ve afectado el matrimonio y la familia”.
Sin embargo, uno de los grandes tesoros de América Latina y El Caribe es, justamente, el ámbito familiar “donde se reconoce el valor de cada uno de sus integrantes, así como también la responsabilidad que tienen los cónyuges entre sí y como padres de familia de educar a sus hijos en los valores humanos, morales y cristianos”.
Para el padre Velázquez Delgado, en la postmodernidad la familia ha perdido el protagonismo afectando las dinámicas familiares. En ella, lejos de los tradicionales lazos de solidaridad, impera el individualismo, cada miembro de la familia elige el estilo de vida que quiere adoptar y el hombre construye la familia que desea movido por su propia verdad y moral. Esto lleva a percibir una errónea concepción de la autonomía de los cónyuges entre sí y genera graves ambigüedades acerca de la autoridad en las relaciones padres e hijos.
En un ambiente de mayoría católica se observa ya un mayor número de divorcios y abortos; una mentalidad anticoncepcional y recurrencia a la esterilización y la existencia de diferentes tipos de familias, con la consabida crisis en la trasmisión de los valores humanos, morales y cristianos y el vacío espiritual “donde el hombre ha sacado a Dios de sus vidas y por eso vive en una insatisfacción”.
“Nos encontramos –apunta en su estudio el padre Velázquez Delgado– con una mentalidad de desecho: lo que no me funciona para mi realización personal simplemente la desecho y sustituyo; esta mentalidad se hace presente en la vida conyugal, familiar y laboral”.
Desafíos pastorales
Si la familia es un bien de los pueblos latinoamericanos, “debe asumirse la preocupación por ella como uno de los ejes transversales de toda la acción evangelizadora de la Iglesia”, reconoce el presbítero en su ensayo, publicado en el portal web de CELAM.
Para el secretario ejecutivo de la pastoral de familia del Consejo que une a los obispos latinoamericanos, “en toda diócesis se requiere una pastoral familiar intensa y vigorosa para proclamar el evangelio de la familia, promover la cultura de la vida, y trabajar para que los derechos de las familias sean reconocidos y respetados”, como también lo señala el número 435 del documento de Aparecida
Se trata de evangelizar con audacia y alegría; de promover a la familia como lugar de la experiencia de comunión que sane, promueva y afiance los vínculos interpersonales y de dar “razón de nuestra esperanza ante un ambiente cultural que ignora la verdad de Dios y que, en consecuencia, busca justificar las obras que proceden de sus desviados deseos”.
Otros aspectos importantes sobre el quehacer frente a la atomización de la familia en la postmodernidad descubiertos por el padre Velázquez Delgado son el evangelizar con el testimonio de vida y con la sana doctrina: el Evangelio del matrimonio y la familia; el educar en el amor y la sexualidad y la formación de nuevos evangelizadores para una pastoral familiar integral y progresiva, que promueva la transformación misionera de la Iglesia.
Desde las estructuras eclesiásticas, el padre Velázquez Delgado ha pedido el fortalecimiento de los secretariados diocesanos y parroquiales de pastoral familiar con el ideal de “sensibilizar y comprometer de una manera integral y orgánica a las otras pastorales, los movimientos y asociaciones matrimoniales y familiares a favor de la familia”.
Se buscará, como misión dentro de la Misión Continental de la Iglesia en América Latina y El Caribe, la formación de los agentes que acompañen a las familias; el fomento permanente de reflexiones sobre el valor de la vida, el matrimonio la familia; el acompañamiento de atención integral a la familia, en especial a aquellas que se encuentran en situaciones difíciles y la coordinación de planes pastorales que reconozcan y acompañen a las familias y sus diversas situaciones que inciden en ella y les afectan en su ser familia.
Una conclusión y una urgencia
El ensayo del padre Velázquez Delgado termina urgiendo a la Iglesia del continente con mayor número de católicos del mundo a una verdadera preocupación por parte de los obispos y de los párrocos “para que privilegien los programas pastorales para los matrimonios y las familias”.
Está en juego uno de los pilares máximos de la fe en Cristo en el nuevo continente. Por lo mismo, concluye el presbítero, “urgen programas dinámicos y creativos; urgen animadores que, además de su buena voluntad, estén bien preparados para orientar y acompañar a las familias y matrimonios” en todos los rincones de América Latina y El Caribe.
Hoy celebramos a...