“El flagelo de la violencia que azota al Valle del Cauca inquieta a la Iglesia”, ha afirmado el arzobispo de Cali, monseñor Dario de Jesús Monsalve Mejia, refiriéndose a la desaparición de cinco jóvenes, sólo en este año, y al homicidio de otras tres.
"Se presume que son reclutados por algunas de esas organizaciones armadas fuera de la ley”, ha dicho el arzobispo, y si estos jóvenes se niegan formar parte, son asesinados brutalmente. “Esto es una manera macabra de hacer el asesinato, a través de la metodología de la desaparición y así se golpea terriblemente a las familias”.
Monseñor Dario de Jesus Monsalve Mejia ha subrayado el trabajo realizado por el párroco de la iglesia de San Felipe Neri, Jaime Alonso Londoño, con los habitantes de la comuna 21 de Cali: “poco a poco se consigue unir a la comunidad: niños y adultos, con el apoyo de la policía, para salir a las calles y estar visibilizando a los desaparecidos y acercando a las familias que allí habitan”.
La nota enviada a Fides desde la Conferencia Episcopal Colombiana señala las palabras de monseñor Monsalve Mejia: “Hay que ponerle freno desde dentro a la invasión de armas en manos de civiles, tanto en Buenaventura como en Cali . En estos lugares vemos la unión entre violencia y corrupción, ese es el eje de mal que convierte a Buenaventura en un infierno”.
Las zonas de Buenaventura y Cali son de alto riesgo para los jóvenes: después de la marcha contra la violencia del 12 de marzo, han desaparecido 2 jóvenes, cuyos cuerpos fueron encontrados cinco días después, asesinados con gran crueldad.
De hecho no cesa la violencia de los grupos criminales y las pandillas se enfrentan por el control de la zona. Cali mantiene el trágico primado como la ciudad más violenta del país, con un promedio de 79 homicidios por cada 100.000 habitantes. En 2013, 44 jóvenes han desaparecido, y sólo se ha encontrado el cadáver de 4 de ellos.
Hoy celebramos a...