​Con la captura del “Chapo” Guzmán, México respira más tranquilo

Las autoridades mexicanas confirmaron que el jefe del cártel de Sinaloa ha sido detenido en un hotel de Mazatlán. Se le liga directamente –entre a otros múltiples crímenes—al asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, en mayo de 1993. Con la captura de Joaquín Guzmán Loera, alias “el Chapo” Guzmán, las autoridades mexicanas han logrado un triunfo en la guerra contra los cárteles de la droga. 

Guzmán Loera pasaba por ser el hombre más poderoso del narcotráfico en el continente americano, con nexos en Centro y Sudamérica, con ligas en las mafias que distribuyen droga en el principal país consumidor de droga del mundo: los Estados Unidos.

El sábado 22 por la mañana, la noticia corrió por las redacciones de los periódicos de todo el mundo.  Al “Chapo” se le detuvo en el hotel “Miramar” (Avenida del Mar 608, en la colonia Francisco Villa), del malecón de Mazatlán (puerto turístico y comercial del Estado de Sinaloa, en el Occidente de México). 

Inmediatamente fue trasladado a la Ciudad de México para hacerle las pruebas de ADN que confirmen su identidad. 

El “Chapo” Guzmán, calificado por autoridades de la Administración Federal Antidrogas (DEA, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos como el criminal más peligroso de México (en los círculos internos de la agencia antidrogas de la Unión Americana se le conocía como “el Osama Bin Laden de México”), había escapado del penal de máxima seguridad de Puente Grande, en el Estado mexicano de Jalisco, sobornando a los guardias, escondido dentro de un carrito de lavandería el 19 de enero de 2001 (había sido capturado en 1993).

Para la captura del jefe del cártel de Sinaloa fue determinante la colaboración de la DEA con fuerzas militares y de inteligencia mexicanas. 

Las primeras versiones apuntan a que la captura del “Chapo” la realizó la Marina de México y se hizo “sin disparar una sola bala”. 

El narcotraficante más poderoso de América ha sido mostrado por The New York Times en su versión digital del sábado, sin camisa y con un bigote pequeño, siendo sometido por fuerzas de seguridad mexicanas.

De comprobarse plenamente la identidad de Joaquín Guzmán Loera, autoridades mexicanas y estadounidenses analizarán su posible extradición al país del norte, donde enfrenta cargos criminales que podrían llevarlo a la cadena perpetua, evitando, de paso, la posibilidad de otra fuga de este personaje que figuró, durante muchos años, entre las listas de los más poderosos de la revista Forbes, por una fortuna personal acumulada en los últimos años que rebasa los mil millones de dólares.

El cártel de Sinaloa, cuya cabeza histórica es el “Chapo”, según información de la DEA, es el responsable de 25 por ciento de la droga que entra a los Estados Unidos. 

Al “Chapo” Guzmán se le liga, directamente, con la muerte del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, en mayo de 1993, en el aeropuerto internacional de Guadalajara, cuando el cardenal Posadas Ocampo iba a recoger a la terminal aérea al entonces nuncio apostólico, Girolamo Prigione.