Con cuatro años, pierde a su familia y escapa de la guerra de su país
Marwan sólo tiene cuatro años y su foto ha dado la vuelta al mundo. Da igual si Marwan se vio en medio del desierto sirio, sólo y perdido, sin su familia e intentando escapar de la guerra de su país o si su familia se encontraba a 50 escasos metros de él. El niño, que fue hallado por ACNUR (Agencia de Refugiados de la ONU) y finalmente, pudo reunirse con su familia, se ha convertido en el símbolo de los niños refugiados.
Una imagen publicada en Twitter por un miembro de esta organización y que recuerda las palabras del Papa Francisco durante el mensaje de este año ante la emigración: “Emigrantes y refugiados no son peones sobre el tablero de la humanidad. Se trata de niños, mujeres y hombres que abandonan o son obligados a abandonar sus casas por muchas razones, que comparten el mismo deseo legítimo de conocer, de tener, pero sobre todo de ser “algo más”.
Una bolsa de plástico eran todas sus pertenencias y Marwan ha puesto rostro al drama de más de dos millones de refugiados, a los más de 130.000 muertos en un conflicto que lleva más de tres años y al casi millón de niños sirios refugiados en otros países según el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Es el drama cotidiando de cientos de mujeres embarazadas, de niños y ancianos que ya denunció el Papa Francisco en la fiesta de la Sagrada Familia: “José, María y Jesús experimentan la condición dramática de los refugiados, marcada por el miedo, la incertidumbre y las molestias. Desafortunadamente, en nuestros días millones de familias pueden reconocerse en esta triste realidad".
“Casi todos los días la televisión y los periódicos dan noticias de refugiados que huyen del hambre, la guerra, de otros peligros graves, en búsqueda de seguridad y de una vida digna para ellos y sus propias familias", explicaba el Papa Francisco.
Esta semana Marwan se ha convertido en el protagonista de la historia de 1.320 menores no acompañados en Jordania y 2.440 en el Líbano. "Sus padres pueden estar muertos o detenidos, o bien han enviado a sus niños solos al exilio porque no tienen dinero para pagar la travesía o porque ellos no pueden salir. Otros niños se pierden en la confusión de la huida", cuenta para ABC, María Jesús Vega, portavoz de ACNUR España. Finalmente y gracias a ACNUR ha podido encontrar a su familia, a quien perdió al cruzar el desierto.