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Toros, ¿sí o no?… pero ¡apasionadamente!

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Alvaro Real - publicado el 18/01/14
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Un “amante de los animales” y un “amante de la fiesta” muestran sus argumentos

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Las tauromaquia y las corridas de toros son un tema polémico de por sí: El maltrato animal frente a la fiesta nacional. La conservación del animal o su tortura.
 
No hay un magisterio de la Iglesia al respecto y sólo existen algunos documentos: Se dice que Alejandro VI y Calixto III, españoles, organizaban tauromaquias en la mismísima Roma. Pero en 1567 san Pío V decretaba  la bula “De salutis gregis dominici” en la que que quienes participaran o presenciaran las corridas de toros incurrían automáticamente (“latae sententiae”) en la pena de excomunión. Una bula que sería moderada por Gregorio XIII, en el documento: “Exponis nobis super”, “ y retirada por Clemente VIII, con “Suspectus numerus”.
 
Son más de cuatro siglos de polémica en la que Aleteia quiere participar con los argumentos de Santiago Celestino Pérez Jiménez (SCPJ), profesor de Géneros Literarios y Audiovisuales de la Universidad CEU Cardenal Herrera de Valencia y del Doctor Miguel Ibañez Talegón (MIT), del Departamento de Producción Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid. Que cada uno saque sus conclusiones.
 
Los argumentos, que se suelen utiliza a favor de la Tauromaquia son la tradición, la cultura o la economía. ¿Tan necesario es que se cuide “la fiesta del toro?
 
Miguel Ibañez Talegón (MIT) Todos los aspectos culturales calan hondo en la gente y ello es la causa de que esta tradición sea tan atendida y bendecida. Pero, cuando tienes la oportunidad de poder explicar técnicamente lo que le sucede al animal mientras el espectador esta "disfrutando" de su corrida, sienten cierta vergüenza por la duda que les embarga en esos momentos. La cuestión reside en que durante la corrida no se ve, por la distancia en la plaza o porque las cámaras de TV no lo recogen, el sufrimiento del toro por los síntomas que presentan. Por ejemplo respiración dificultosa, sangrado por la boca y fosas nasales, cojeras imperceptibles tras la "Pica" y otras. Si fuese posible que una cámara recogiese esos aspectos de sufrimiento y los retransmitiese en directo en la plaza o por TV, podría calar en la gente el sufrimiento también, y sus sentimientos cambiarían. Desde el punto de vista de la conservación de la fiesta del toro, no creo que sea tan necesario, es simplemente una tradición. Existen otros temas culturales menos dañinos para los animales como la pintura o la música. Aquí tiene mucho que ver el "españolismo" que a veces se lleva a gala entre los taurinos, y esto es muy complejo por tantas connotaciones que lleva consigo. Tambien existen otro grupo de personas que no tienen ninguna empatía con los animales y no les importa nada de lo que se les haga. A veces me da la impresión que este tipo de personas es demasiado grande y que el "pueblo" español es deficitario en este aspecto. Me averguenza ser español cuando tengo estas sensaciones.
 
Santiago Celestino Pérez Jiménez (SCPJ) Acaba de citar los tres pilares sobre los que se asientan la mayoría de las civilizaciones: Tradición, Cultura y Economía. Con frecuencia, olvidamos que la palabra cultura significa cultivo de la tierra y luego cuidado del ganado en el campo. Y del campo a la plaza donde el toro es la horizontal y el torero, la vertical. Allí, la Tauromaquia participa de todas las artes desde la arquitectura que es música solidificada hasta la escultura sin olvidar la música ni la danza. Artes que pueden ser tocadas; sin embargo, el toreo es un arte efímero que se destruye a la vez que se crea. Se trata de esculpir el tiempo, por citar a Tarkovski, de hacer eterno el instante. ¡Hay algo más bello!
Por eso debemos velar, proteger, “cuidar” –como usted dice- la fiesta de los toros para conseguir que todos sus valores éticos y estéticos se transmitan a quienes un día nos heredarán. Tenía razón Vicente Aleixandre, los poetas casi siempre la tienen, cuando afirmó que tradición y revolución son dos palabras idénticas.
 
Sin embargo, cuando se habla en contra de la Tauromaquia se habla del peligro, del tratamiento a los animales o de la crueldad. ¿Habría alguna manera de conjugar “la fiesta” con el cuidado de los animales?
 
(SCPJ) Sí, por supuesto, y de hecho se hace. Pero es necesario aclarar algunas confusiones. El toro de lidia no es un animal doméstico ni salvaje sino bravo. Ya en el siglo XVIII, una serie de ganaderos románticos invirtieron tiempo y dinero en inculcar en el toro los ideales del caballero español: valentía y nobleza. Gracias a una selección genética transformaron un comportamiento defensivo como la fiereza en otro ofensivo, la bravura, que ha evolucionado a lo largo de los siglos. Hoy se respeta su crianza en libertad sin alterar su ecosistema. Hasta que llega el día…
 
Sí, llega su día: la corrida de toros. Ese cruce de dos temporalidades la Fiesta, con su eterno retorno, cada mayo San Isidro, cada abril…, y la Lidia en la plaza que nos muestra su carácter ritual donde se hace presente la muerte. Ese rito que lo acerca a lo trascendente. Se olvida o se desconoce que existe una liturgia taurina. A nadie se le escapa la similitud del vestido de torear con las casullas de los sacerdotes. Incluso si recordamos el particular arcoíris taurino, las alusiones al asunto religioso se multiplican. Desde el obispo al nazareno y oro, el grana y oro que la Iglesia mantiene para oficiar el día de los Mártires, el rosa y oro con el que se celebra el tercer domingo de Adviento, Dominica Gaudete, y el cuarto domingo de Cuaresma, Dominica Laetare, hasta el Purísima y oro, sin olvidar el señor de todos los colores, el catafalco y oro que se mantiene para la misa de Difuntos. Aunque Machado cantara que todos los toreros lucen el mismo traje: oro, seda, sangre y sol.
 
(MIT) No. No es posible conjugar la "fiesta" con el trato a los animales y la crueldad del festejo.  La Fiesta requiere de esa crueldad para desarrollarse como se desarrolla.
 
Miguel ,  como profesor del comportamiento animal. ¿Cómo es el sufrimiento de un “toro de lidia” en una corrida de toros?
 
(MIT) El sufrimiento es doble, desde un punto de vista físico por el dolor y heridas con perdida de volumen sanguíneo, etc,  que se le infligen. Por otro lado el psicológico, por el miedo que se le hace pasar y el conflicto que se le genera al no poder realizar una estrategia adaptativa que tienda a resolver la situación que se le plantea. Por ambas circunstancia cualquier animal con un sistema nervioso desarrollado y complejo con un rumiante, siente emociones de gran sufrimiento que son por el momento imposible de medir y cuantificar, pero si podemos obtener datos fisiológicos que son indicativos del sufrimiento por el que este animal está pasando. Estos son datos objetivos y medibles en sangre.
 
⁃   Santiago, el mundo del toro está en la literatura, la historia y en la filosofía de lo español. ¿Qué se perdería si se prohibiesen las corridas de toros?
⁃    
(SCPJ) ¿Filosofía de lo español, dice? ¿Entonces, Portugal…? ¿Y si cruzamos el charco: México, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela? ¿Y Francia? Resulta curioso que Francia, el paradigma de la cultura, del arte, de las luces, haya sido el primer país del mundo en declarar la fiesta de los toros Patrimonio Cultural Inmaterial. Ahí tiene un ejemplo de la universalidad y de la interculturalidad del toreo.
 
Es cierto que tanto en España como en otros lugares se esgrimen argumentos, la mayoría politizados, para suprimir las corridas de toros. ¿Qué se perdería si triunfasen las tesis abolicionistas? Se perdería un patrimonio genético, el del toro de lidia, que sería irrecuperable. Se perdería biodiversidad al alterar un ecosistema tan singular como la dehesa destinada al toro bravo. Se perdería libertad, verdad, cultura, arte y una fuente de inspiración de artistas. Se ganaría dinero propio de la especulación de fincas rústicas y urbanas. Se ganaría en silenciar a una minoría, algo muy propio de regímenes no democráticos.
 
¿Qué componentes éticos actúan en la Tauromaquia? ¿Por qué es un tema que divide tanto a diversos sectores?
 
(MIT) Pienso que la sociedad está dividida en este tema porque ambas partes quieren tener la razón absoluta. Somos bastante intolerantes cuando alguno discute con cierta violencia de algo que no conoce y que solo se basa en lo que cree que siente. También está algo politizado el asunto y los partidos político actúan a impulsos, perjudicando el debate, y la solución del problema. Sería mas eficaz si a los niños en las escuelas, se les  enseñase que la relación con los animales tiene que ser  buena en todos los sentidos ya que son unos excelentes compañeros sociales, de los cuales se pueden aprender muchas cosas, y los beneficios que podemos obtener de ellos. Que todas la especies que poblamos el Planeta estamos porque formamos parte de la vida que desarrolla en él. Y que cuanto mejor nos portemos con la vida, en general, mejores seremos. La educación es fundamental. Genera sensibilidad, empatía y mejora la calidad de vida. Esta es la vía para la solución de este tremendo problema de los ciudadanos españoles.
 
(SCPJ)  Los toros son una metáfora de la vida, con sus luces y sus sombras, con sus puertas grandes y sus enfermerías. Recuerde que en este ruedo inmenso que es la vida, el que no torea embiste y puestos a elegir… El toreo es una actitud ética y estética ante la muerte. Es cierto que esto lo hace un tanto anacrónico, en el siglo XXI donde se tiende a esconder todo lo relacionado con la muerte, pero aquí radica su autenticidad, su verdad y su belleza.
 
Baudelaire afirmaba que sólo tres seres merecían ser admirados: los sacerdotes por su saber, los poetas por su crear y los guerreros por su valentía para matar. Sin darse cuenta, el autor de Las flores del mal conjugaba tres virtudes del torero que sabe y oficia, que crea y que también mata.

¡Mire! Los toros no separan ni dividen sino que unen. Sí, su universalidad hace que por el toreo se apasionen gentes de derechas y de izquierdas, chinos y americanos, ateos y católicos, seguidores del Betis y del Sevilla… Son algunos políticos quienes sin cruzarse al pitón contrario realizan brindis al sol y una faena de aliño para recoger algunos votos con los que pasar el invierno. Desconocen que todo el mundo mata lo que ama, como decía Oscar Wilde, unos con palabras zalameras, otros con una mirada amarga, los cobardes con un beso y los valientes con una espada. Así lo hacen los toreros.
 
 
 

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