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El hombre puede creerse soberano del momento, pero solo Cristo es dueño del tiempo. Lo afirmó el papa Francisco en la homilía de la Misa celebrada en la Casa de Santa Marta del Vaticano el 26 de noviembre de 2013.
El Papa dijo que la oración permite discernir cada momento de la vida, y la esperanza en Jesús, mirar al final de los tiempos.
Dos consejos, para entender el discurrir del presente y prepararse al final de los tiempos: oración y esperanza.
Oración
La oración, junto al discernimiento, ayuda a descifrar los momentos de la vida y a orientarlos a Dios.
La esperanza es el faro de largo alcance que ilumina el último tramo, el de una vida concreta y además, en sentido escatológico, el del final de los tiempos.
Francisco reflexiona sobre el Evangelioen el que Jesús explica a los fieles en el templo lo que deberá suceder antes del fin de la humanidad, asegurando que ni siquiera el peor de los dramas deberá desesperar a quien cree en Dios.
El tiempo es de Dios
Observa el Papa:
El momento está en mi mano
Por tanto, advierte Francisco citando las palabras de Jesús, no debemos dejarnos “engañar por el momento”, porque habrá quien se aprovechará de la confusión para presentarse como Cristo.
“El cristiano, que es un hombre o una mujer del momento, debe tener, afirma, estas dos virtudes, estas dos actitudes para vivir el momento: la oración y el discernimiento”.
Siempre esperanza
“Y así, concluye Papa Francisco, el cristiano se mueve en este camino, momento tras momento, con la oración y el discernimiento, pero deja el tiempo a la esperanza”.