El Caribe “también es la tierra buena del Evangelio”

En este mes de noviembre de 2013, se celebran los 500 años del inicio de la evangelización española en El Caribe y en América en lo que es la actual diócesis de Bayamo-Manzanillo, en Cuba.

El inicio de la obra evangelizadora en esta zona se remonta a 1509 cuando un anónimo soldado de Sebastián de Ocampo, quedó en tierra por hallarse enfermo y fue encomendado al cuidado de los indios de la región de Macaca.

Una vez restablecida su salud, el soldado aprendió la lengua nativa y les anunció la Buena Noticia de Jesucristo. Ellos levantaron un sencillo “templo” donde colocaron una imagen de la Virgen María, a quien rendían culto.

Posteriormente en 1512, fray Bartolomé de las Casas, auxiliado por fray Juan de Tasín, celebró en la zona bayamesa “la primera Misa en tierra adentro”. Luego aconteció la fundación de la segunda villa de la Isla, nombrada San Salvador, en un punto geográfico cercano al Golfo de Guacanayabo, el 5 de noviembre de 1513.

El ciento por uno

Por tal motivo los obispos de Cuba concelebraron una Misa conmemorativa, que fue presidida por el obispo de Bayamo-Manzanillo, monseñor Álvaro Beyra Luarca,

En su homilía el prelado cubano recordó que la semilla de la fe “traída desde la árida y fría España arraigó en esta húmedas y calurosas tierras tropicales, (…) echó raíces y cuando los que la trajeron se marcharon, ella quedó firme y con capacidad de dar muchísimos frutos más en cualquier tiempo: de sequía y de huracanes, de terremotos y de guerras, de incendios y de epidemias, tiempos buenos y tiempos malos, porque ésta es también la tierra buena del Evangelio que es capaz de producir el ciento por uno”.

La diócesis de Bayamo-Manzanillo se encuentra al oriente de la isla de Cuba, por lo que fue uno de los primeros puntos por donde penetró la acción evangelizadora de los misioneros españoles hace cinco siglos.  En recuerdo de esta hazaña la Catedral del Santísimo Salvador de Bayamo se vio engalanada con la presencia de numerosos obispos y fieles cubanos.

“Para poder comprender hasta lo más profundo estos 500 años –señaló monseñor Beyra Luarca– es necesario también contemplarlos a través del prisma de la fe, que es la única mirada que puede descubrir su sentido total, completo, no sólo a partir de la experiencia de lo acontecido sino además por la anticipación de lo por acontecer, no sólo por lo pasado, sino por lo porvenir”.

En opinión del prelado cubano quinientos años de Evangelio en su país no han “alcanzado aún a todos los oídos y quizás peor todavía en aquellos que ha alcanzado no siempre le hemos permitido penetrar con toda la profundidad (…) para enderezar todos nuestros pasos por el camino de Jesucristo. Pasos mal dados algunos, que lejos de servir de anuncio vivencial a aquellos que no lo conocen, sirven como piedras de escándalos y una dificultad más en el proceso del encuentro con Jesucristo Salvador. Por eso para que nuestra celebración sea verdadera y completa es que hemos comenzado con una súplica por el perdón de nuestras faltas, de las incoherencias de nuestras vidas con nuestra fe.”

El obispo de Bayamo-Manzanillo dijo que en torno al medio milenio que ahora se inaugura son más las interrogantes que las respuestas. Pero sí “podemos garantizar que la misma promesa del Santísimo Salvador se mantendrá con la capacidad de guiar a los hombres de entonces por el mismo camino hacia el mismo destino”.

La celebración, que contó con la participación de monseñor Bruno Musaró, Nuncio Apostólico en Cuba, fue precedida por el toque de 500 campanadas, tributo al medio milenio del anuncio de la fe.