El padre Sergio García Guerrero, Misionero del Espíritu Santo, con larga trayectoria en formación de comunidades de evangelización integral en Córdoba y Zaragoza, en España, y ahora dedicado a una parroquia en Mérida, Yucatán, en México, habla a Aleteia sobre sus ilusiones y esperanzas de que el encuentro del Papa Francisco con los jóvenes en Río de Janeiro sea el principio de una nueva esperanza para la juventud católica del mundo.
– ¿Cuál sería, en su experiencia, el mensaje a los jóvenes que van a ir a la Jornada Mundial de la Juventud y a los que van a participar en ella a través de redes sociales e Internet?
Yo diría que el mensaje a los jóvenes es que retomen los pequeños detalles que el Papa Francisco ha estado enviando y que, seguramente, va a enviar en Río. Mensajes sencillos de cercanía, palabras claves sobre situaciones complejas que han acercado lo que parecía muy lejano: la jerarquía de la Iglesia, el papado, a poder compartir con la juventud, con sus inquietudes, con sus anhelos, sabiendo que, como personas, los jóvenes son muy transitorios.
– En efecto, los jóvenes de hoy, en un ecosistema tan cambiante, ¿están capacitados para entender un mensaje que ha permanecido por dos mil años?
Cierto, la naturaleza del joven es cambiante, pero en encuentros como éste de Río algo, mucho, se les queda y se les quedará. Lo que hay detrás de estos encuentros son pequeños y grandes signos de que la Iglesia está viva, de que la Iglesia tiene un mensaje: que el hombre de hoy puede ser cimbrado ante la Palabra, ante el Evangelio. Es el mensaje de Jesús.
– Finalmente es Cristo el que convoca, ¿no es así?
Sí, es Su poder de convocatoria, el de Cristo, que a través de su Iglesia sigue con un mensaje fuerte, decisivo. Eso hace que algunos se vayan. A mí no me preocupa tanto los que se van de la Iglesia, sino que los que se queden sean cristianos no por tradición, por costumbre, sino por una convicción que se va afirmando en ellos.
– ¿Le ilusiona una Jornada como ésta a un sacerdote como usted que ya lleva tantas décadas como sacerdote?
Sí, la verdad es que tengo mucha ilusión que la imagen del Papa Francisco sea un impacto de renovación para la juventud; tengo mucha esperanza en eso y creo que se va a cumplir. Yo ya no soy joven y tampoco voy a poder asistir porque hay mucho trabajo en la nueva encomienda que mis superiores me han asignado, en Mérida, Yucatán. Pero lo que he visto en mis comunidades de jóvenes y lo que he visto del Papa Francisco es eso, una sintonía de renovación y de sencillez. Y eso es un viento fuerte de renovación para toda la Iglesia.
Hoy celebramos a...