Si él no hay verdadera vida cristiana, afirma Francisco en su homilía en Santa Marta
El Espíritu Santo es nuestro amigo y compañero de camino que nos dice dónde está Jesús; este ha sido el resumen de la homilía que el papa Francisco pronunció el 6 de mayo de 2013 en la Misa celebrada en la Domus Santa Marta, en el Vaticano.
Ha señalado también la importancia que tiene el examen de conciencia en la vida de todo cristiano.
Toda su reflexión se centró en el Espíritu Santo, que es “propio de Dios, la Persona Dios, que da testimonio de Jesucristo en nosotros”.
El Papa señaló la protección del Espíritu Santo que “Jesús llama Paráclito”, “es decir el que nos defiende”, que “está siempre a nuestro lado para sostenernos”.
La fuente de la vitalidad
“La vida cristiana no se puede entender sin la presencia del Espíritu Santo: no sería cristiana.
Sería una vida religiosa, pagana, piadosa, que cree en Dios, pero sin la vitalidad que Jesús quiere para sus discípulos. Y lo que le da la vitalidad es el Espíritu Santo, presente”.
El Espíritu “da testimonio” de Jesús –destaca el Papa- “para que nosotros podamos darlo a los demás”.
Espíritu Santo, testigo de Jesús
“En la primera lectura hay una cosa bella: la mujer que escuchaba Pablo, que se llamaba Lidia.
Se dice de ella que el Señor le abrió el corazón para que recibiese las palabras de Pablo. Esto lo hace el Espíritu Santo: nos abre el corazón para conocer a Jesús.
Sin Él no podemos conocer a Jesús. Nos prepara al encuentro con Jesús. Nos hace ir por el camino de Jesús.
El Espíritu Santo actúa en nosotros durante toda el día, durante toda nuestra vida, como testigo que nos dice dónde está Jesús”.
Orar para dar frutos
El Papa nos ha vuelto a llamar a la oración como vía para tener “en todo momento”, la gracia de “la fecundidad de la Pascua”.
Una riqueza posible –ha dicho- gracias al Espíritu Santo.
Ha hablado también “del examen de conciencia”, “que los cristianos hacen sobre la jornada que han vivido”.
Este “ejercicio” “nos hace bien –ha afirmado- porque es tomar conciencia de lo que el Señor ha hecho en nuestro corazón”.
“Pidamos la gracia de acostumbrarnos a la presencia de este compañero de camino, el Espíritu Santo, de este testigo de Jesús que nos dice dónde está Él, cómo encontrarlo, qué nos dice Jesús.
Tened una cierta familiaridad: es un amigo, Jesús lo ha dicho: ‘No, no te dejo solo, te dejo a Éste’. Jesús nos lo deja como amigo.
Tengamos la costumbre de preguntarnos, antes de que termine la jornada: ‘¿Qué ha hecho hoy el Espíritu Santo en mí? ¿Qué testimonio de ha dado? ¿Cómo me ha hablado? ¿Qué me ha sugerido?’
Porque es una presencia divina que nos ayuda a ir hacia delante en nuestra vida de cristianos.
Pidamos esta gracia hoy. Esto hará que, como lo hemos pedido en la oración, en todo momento tengamos presente la fecundidad de la Pascua. Así sea”.
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