20 mil fieles se reunieron en la Plaza de San Pedro para conmemorar la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén unos días antes de su crucifixión.Campaña de Cuaresma 2025
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Como se había anunciado, el Papa Francisco no celebró la Misa del Domingo de Ramos del 13 de abril de 2025, debido a su convalecencia de su grave infección respiratoria. En su homilía, preparada por él mismo y leída por el cardenal Leonardo Sandri, el Papa invitó a los católicos a ver a Dios en los "rostros desgarrados por la guerra y la miseria". Como cada año, al acercarse la Pascua, la Plaza de San Pedro acogió el Domingo de Ramos una de las celebraciones litúrgicas más ricas del calendario cristiano.
Para conmemorar la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén unos días antes de su crucifixión, una larga procesión de 400 personas agitando ramas de palma se enroscó alrededor del obelisco de la plaza principal. 36 cardenales y 30 obispos alzaron las tradicionales "parmureli ", esas grandes hojas de palma blanqueadas y tejidas, mientras se repartían ramas de olivo a los 20.000 fieles presentes en la Plaza de San Pedro.
En esta primera celebración de la Semana Santa, que concluirá el próximo domingo con la Misa de Pascua, la asamblea pudo escuchar el largo relato de la pasión de Cristo que culmina con su muerte en la cruz.
Debido a su convalecencia, el Papa no asistió a la Misa. Tres semanas después de ser dado de alta del hospital donde permaneció 38 días, el pontífice aún se recupera de su grave infección respiratoria en su residencia de Santa Marta en el Vaticano.
Esta semana, sin embargo, hizo tres apariciones no programadas. El domingo pasado apareció en la Plaza de San Pedro al final de la Misa Jubilar por los Enfermos. El jueves fue a rezar a la Basílica de San Pedro y a observar las restauraciones. Ayer acudió sin previo aviso a la Basílica de Santa María la Mayor para rezar ante un icono de la Virgen María que le gusta especialmente.
Para esta Misa del Domingo de Ramos, delegó al cardenal Leonardo Sandri, vicedecano del Colegio Cardenalicio, para que presidiera la Misa en su nombre. "Tengo el honor de leerles ahora la homilía preparada por nuestro Papa Francisco", dijo el cardenal argentino tras leer el Evangelio.
Llevar la cruz “no alrededor del cuello, sino en el corazón”
En esta homilía, el Papa quiso retomar la actitud de Simón de Cirene. En la historia de la pasión de Cristo, el Cireneo es un extranjero que regresa del campo y los soldados romanos le piden que ayude a Jesús a llevar su cruz al Calvario. "El Cireneo está obligado a llevar la cruz: no ayuda a Jesús por convicción, sino por obligación", escribe el Papa Francisco, constatando que nadie sabe "lo que habita en el corazón" de este hombre.
El pontífice explica luego que la cruz que llevaron Jesús y el Cireneo es la que "lleva el pecado de todos los hombres". Así, "de modo inesperado y contundente", el Cireneo "se ve involucrado en la historia de la Salvación, donde nadie es ajeno", insiste el jefe de la Iglesia católica.
Haciendo eco de los acontecimientos actuales, el Papa se pregunta luego por el número de cireneos que hoy "llevan la cruz de Cristo". Pregunta a los católicos: “¿Vemos al Señor en sus rostros desgarrados por la guerra y la miseria?”, asegurándoles que “ante la terrible injusticia del mal, llevar la cruz de Cristo nunca es en vano; al contrario, es la forma más concreta de compartir su amor salvador”.
Para concluir, el Papa invita a todos los fieles a llevar la cruz "no en el cuello, sino en el corazón" y a prepararse para la celebración de la Pascua "haciéndose cireneos los unos para los otros".
Así fue el Domingo de Ramos en la Plaza de San Pedro: