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Cómo los catecúmenos escupían a Satanás antes de bautizarse

JESUS
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Philip Kosloski - publicado el 27/03/25
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Los que iban a ser bautizados en la Iglesia primitiva renunciaban a Satanás mirando hacia el Oeste y escupiendo al suelo

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El rito actual del Bautismo establece que los que van a ser bautizados -si son catecúmenos adultos-, o los padrinos en su lugar, deben hacer un acto de renuncia a Satanás.

En la Iglesia primitiva, este acto de renuncia era mucho más destacado e incluía varios actos físicos.

Según la Enciclopedia Católica, esto incluía mirar hacia el Oeste y escupir a Satanás.

"El catecúmeno, de pie con la cara hacia el Oeste, que simbolizaba la morada de las tinieblas, y extendiendo la mano, o a veces escupiendo en señal de desafío y aborrecimiento al demonio, solía hacer esta abjuración".

A veces, esto incluía escupir sobre determinados ídolos que el catecúmeno había adorado anteriormente.

San Cirilo de Jerusalén añade algunos detalles más de esta ceremonia previa al bautismo.

"Primero entrasteis en el vestíbulo del Baptisterio, y allí mirando hacia el Oeste escuchasteis la orden de extender la mano, y como en presencia de Satanás renunciasteis a él. [Se os ordena decir, con el brazo extendido hacia él como si estuviera presente: renuncio a ti, Satanás. También quiero deciros por qué os ponéis mirando hacia Occidente, pues es necesario. Puesto que Occidente es la región de las tinieblas sensibles, y él, siendo tinieblas, tiene su dominio también en las tinieblas, por tanto, mirando con sentido simbólico hacia Occidente, renunciáis a ese potentado oscuro y tenebroso".

Este es un aspecto importante del Bautismo, ya que rompe cualquier vínculo que uno pudiera tener con Satanás, comprometiéndose en su lugar a adorar a Jesús y a estar a su servicio.

San Cirilo explica que el catecúmeno se volvía entonces hacia Oriente, aceptando la luz de Cristo.

"Por lo tanto, cuando renuncies a Satanás, rompiendo por completo todo tu pacto con él, esa antigua alianza con el infierno, se te abrirá el paraíso de Dios, que Él plantó hacia el Este, de donde por su transgresión fue desterrado nuestro primer padre; y un símbolo de esto fue que te volvieras de Oeste a Este, el lugar de la luz. Luego se os dijo que dijerais: Creo en el Padre, y en el Hijo, y en el Espíritu Santo, y en un solo Bautismo de arrepentimiento. De estas cosas os hablamos extensamente en las Conferencias anteriores, según nos permitió la gracia de Dios".

Aunque el rito actual del Bautismo no es tan físico en el acto de renuncia, sigue siendo una ceremonia poderosa, que se repite cada Vigilia Pascual, cuando todos los presentes profesan de nuevo las palabras de renuncia.

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