Campaña de Cuaresma 2025
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En el Evangelio del día, Jesús nos invita a salir de nuestra mentalidad cerrada para que podamos reconocer la obra de Dios más allá de lo que solo nosotros podemos apreciar. Este pasaje nos enseña, a través de Juan, que el Reino de Dios se edifica a través del amor y no de la exclusión.
En la reflexión que el padre Giovanni hace, nos comparte:
¿Crees que solo los "tuyos" pueden hacer el bien?
En este evangelio, Juan se acerca a Jesús y le dice algo que revela una mentalidad cerrada y excluyente:
"Maestro, hemos visto a alguien expulsando demonios en tu nombre y tratamos de impedírselo, porque no es de los nuestros."
Juan y los discípulos piensan que solo ellos tienen derecho a obrar en nombre de Jesús. Ven a alguien haciendo el bien, pero en lugar de alegrarse, lo ven como una amenaza.
La respuesta de Jesús rompe con esa mentalidad:
"No se lo impidan, porque nadie que haga un milagro en mi nombre podrá luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros, está a favor nuestro."
Muchas veces creemos que Dios solo puede obrar a través de los que piensan como nosotros, de los que pertenecen a nuestro grupo, a nuestra comunidad o a nuestra manera de ver la fe.
Pero Jesús nos enseña que el bien no tiene dueño.
Dios obra donde quiere, aunque a veces nos cueste aceptarlo.
Los discípulos caen en un error muy humano: creer que tienen la exclusividad de Dios.
Hoy sigue pasando.
Pero Jesús nos recuerda que quien hace el bien en su nombre, está de su lado.
Jesús no nos llama a dividir, sino a construir.
No nos llama a excluir, sino a reconocer su obra en todas partes.
Si alguien hace el bien en nombre de Cristo, Dios está actuando allí.
Hoy Jesús nos desafía: deja de ver enemigos donde no los hay y empieza a reconocer la obra de Dios más allá de tu círculo.
Porque el Reino de Dios no se construye con barreras, sino con amor.


