Cada uno de nosotros es único e irrepetible, y esto es especialmente cierto en la vida espiritual. Nuestra propia vida espiritual será diferente a la de nuestros familiares o amigos y, desde luego, no será exactamente igual a la de los santos.
Dios nos llama a cada uno de nosotros a un camino espiritual único que tenemos que discernir.
Un aspecto sencillo de nuestra vida espiritual que tenemos que discernir es el tiempo que dedicamos cada día a la oración.
Pero si somos sinceros con nosotros mismos, algunos de nosotros no programamos la oración y, la mayoría de los días, ni siquiera levantamos los ojos hacia Dios.
Lo que tenemos que hacer es vivir una vida espiritual intencional en la que pensemos cuál es el mejor momento del día para entablar una conversación con Dios.
Beneficios de la mañana
Muchos santos vieron un gran beneficio en rezar por la mañana. San Francisco de Sales fue uno de ellos y escribió sobre ello en su Introducción a la Vida Devota:
"La Sagrada Escritura nos enseña continuamente que la mañana es la mejor y más provechosa parte del día, y lo mismo hacen los ejemplos de los Santos y nuestra razón natural. Nuestro Señor mismo es llamado el Sol, que se levanta sobre la tierra, y nuestra Señora la Estrella del Día; y así pienso que es sabio ir a dormir temprano por la noche para estar listo para despertar y levantarse temprano. Además, es la hora más agradable, más fresca y más libre del día; los mismos pájaros nos estimulan a levantarnos y a cantar las alabanzas de Dios. Levantarse temprano promueve tanto la salud como la santidad".
Una de las principales razones por las que la mañana es una hora ideal es que podemos entrar más fácilmente en oración cuando nuestra mente está menos atestada de todo lo del día.
![El Oficio Divino como prolongación de la Misa](https://wp.es.aleteia.org/wp-content/uploads/sites/7/2023/12/Franciscan-robes.jpg?resize=300,150&q=75)
Beneficios de la oración nocturna
Por otra parte, algunos de nosotros nunca podemos rezar por la mañana, por mucho que lo intentemos.
El "búho nocturno" está muy despierto a última hora de la tarde y es más receptivo a la oración en ese momento.
Sin embargo, orar por la noche requiere un esfuerzo deliberado para dejar de hacer lo que se está haciendo y orar, pero si eres capaz de programarlo en tu vida diaria, no será un problema.
Hagas lo que hagas, sé consciente de tu vida espiritual e intenta ponerte con frecuencia en presencia de Dios, dejando que el calor de su amor invada tu corazón.
![Una pequeña oración para cuando te sientas devastado](https://wp.es.aleteia.org/wp-content/uploads/sites/7/2025/02/Hombre-reflexivo-shutterstock_2512794689.jpg?resize=300,150&q=75)
![Dale propósito a tu vida con la logoterapia de Viktor Frankl](https://wp.es.aleteia.org/wp-content/uploads/sites/7/2024/12/shutterstock_2524169475.jpg?resize=300,150&q=75)