Este año será trascendental para la Iglesia católica, ya que el Papa Francisco lo ha declarado Año Jubilar. Del 24 de diciembre de 2024 al 6 de enero de 2026, la Iglesia celebrará este tiempo extraordinario bajo el lema "Peregrinos de esperanza". Los Jubileos, que se celebran cada 25 años, son oportunidades para la renovación espiritual, la oración y la reflexión, y este próximo año promete unir a los fieles de todo el mundo. En el corazón del Jubileo estará Roma, donde antiguas tradiciones y rituales sagrados guiarán las celebraciones - pero otros lugares cristianos significativos son también destinos excepcionales de peregrinación para celebrar el Jubileo.
Uno de los rituales más significativos es la apertura de la Puerta Santa en la Basílica de san Pedro, que marca el inicio formal del Jubileo. Esta tradición, que se remonta al año 1500, simboliza la entrada en un año de gracia y renovación. El acto ceremonial del Papa de abrir la puerta invita a los peregrinos a un viaje sagrado de fe y conversión. Otro acontecimiento muy apreciado en Roma es la Peregrinación de las Siete Iglesias, un viaje espiritual a través de las basílicas y catacumbas más veneradas de la ciudad. Esta antigua tradición, iniciada por san Felipe Neri en el siglo XVI, recorre 25 kilómetros y ofrece a los peregrinos un profundo encuentro con el patrimonio cristiano de Roma. La peregrinación Iter Europaeum, por su parte, une 28 iglesias y basílicas asociadas a naciones europeas, celebrando su fe compartida y sus lazos culturales. Entre ellas se encuentra la Iglesia de San Pablo de las Tres Fuentes, que se cree fue el lugar del martirio de san Pablo. Podría decirse que aquí comienza la importante conexión de Malta con este viaje sagrado.
La contribución única de Malta al Jubileo
Aunque Roma será el centro espiritual, Malta se ha convertido en un destino clave para las actividades del Jubileo y para el turismo religioso y confesional en general. La Archidiócesis de Malta encabeza iniciativas que combinan celebraciones litúrgicas con oportunidades de peregrinación, haciendo hincapié en la peculiar mezcla de fe, historia y cultura de las islas. Una de estas iniciativas es la peregrinación Melita Mariana, un viaje de 60 kilómetros a través de Malta y Gozo, diseñado para honrar la profunda devoción mariana de las islas. Esta peregrinación, que dura tres días, destaca lugares sagrados que conmemoran siglos de fe y tradiciones marianas locales.
La conexión de Malta con la Virgen María es profunda. La devoción mariana está entretejida en la identidad de las islas y se remonta a la llegada de san Pablo en el año 60 d.C.. El Evangelio de Lucas, escrito por el compañero de Pablo, es el más mariano de todos los Evangelios, y esta influencia seguramente ayudó a establecer una profunda veneración por María que perdura hoy en día. En Malta, María es venerada como Santa Marija Assunta, la Asunción, y su fiesta, el 15 de agosto, es el acontecimiento más celebrado del año. Hay santuarios y capillas dedicados a Santa Marija por toda Malta y Gozo, desde grandes catedrales hasta pequeñas capillas milagrosas.
Uno de los lugares marianos más destacados es el famoso Santuario Nacional de Madonna Ta' Pinu, en Gozo, famoso por sus orígenes milagrosos y su significado espiritual. Otro lugar muy querido es la Capilla de Nuestra Señora de la Buena Esperanza en Mosta, un pequeño pero poderoso símbolo de fe que encarna el tema jubilar de la esperanza. Estos espacios sagrados son testimonios vivos de la devoción de Malta a María, considerada desde hace mucho tiempo como protectora e intercesora en tiempos de crisis, portadora, precisamente, de esperanza.
El legado transformador de san Pablo
La historia de san Pablo en Malta es otra piedra angular del patrimonio espiritual de las islas. Según se relata en los Hechos de los Apóstoles, san Pablo naufragó en Malta en el año 60 d.C. durante una violenta tormenta. Lo que empezó como una catástrofe se convirtió en un momento de providencia divina, ya que Pablo llevó el cristianismo a las islas y realizó milagros que marcarían la historia del archipiélago. Entre estos milagros estaba la curación del padre de Publio, el gobernador romano, gravemente enfermo. La fe y la intervención de Pablo no solo salvaron vidas, sino que establecieron a Malta como tierra de esperanza y curación.
La influencia de san Pablo es hoy fácilmente visible en toda Malta. En Rabat, la Gruta de san Pablo es un lugar venerado donde los peregrinos pueden visitar el lugar donde Pablo vivió durante su estancia de tres meses. La iglesia del Naufragio de san Pablo, en La Valeta, alberga importantes reliquias, entre ellas un hueso de la muñeca del santo. Estos lugares, junto con las perdurables tradiciones cristianas vinculadas a Pablo, muestran claramente su profundo impacto en las islas. De hecho, los peregrinos pueden recorrer un camino de peregrinación dedicado a Pablo, la famosa Peregrinatio Sancti Pavli Apostoli AD 60.
Historias de esperanza
La fe de Malta está profundamente entrelazada con su historia de superación de la adversidad. Durante el Gran Asedio de 1565, cuando el Imperio Otomano intentó conquistar las islas, los malteses invocaron la protección de María y lograron una victoria milagrosa contra todo pronóstico. Del mismo modo, durante la Segunda Guerra Mundial, Malta soportó incesantes bombardeos, pero resurgió con su fe y su valor intactos. Estos momentos de resistencia, anclados en la esperanza y la oración, siguen siendo aspectos definitorios de la identidad maltesa.
Reconociendo este legado, VisitMalta ha adoptado el turismo de fe como parte integrante de su misión. El Año Jubilar ofrece una oportunidad única para compartir con el mundo los tesoros espirituales y culturales de Malta. Campañas especiales pondrán de relieve historias de esperanza, como las del milagroso naufragio de san Pablo y la victoria durante el Gran Asedio. Estas narraciones pretenden inspirar a los visitantes para que vean en Malta un testimonio vivo del poder de la gracia y la fe.
La llamada de Malta a los peregrinos
El año jubilar invita a los fieles a embarcarse en un viaje de esperanza, y Malta ofrece un escenario singular para esta experiencia sagrada. Sus basílicas, grutas y capillas milagrosas cuentan historias de fe que han resistido la prueba del tiempo. Desde la estancia transformadora de san Pablo hasta la perdurable devoción mariana que define a las islas, Malta es una tierra donde se entrecruzan la fe y la resistencia.
Durante el Jubileo, Malta invita a los peregrinos a recorrer sus caminos sagrados, a descubrir su rico patrimonio espiritual y a abrazar el mensaje intemporal de la esperanza. En estas islas florece la fe, abundan los milagros y perdura la promesa de esperanza. Como dijo el Arzobispo Charles Scicluna en su homilía, citando al Papa Francisco, en la Misa de apertura de este año especial: "Que el Jubileo sea una gran fiesta de la misericordia". Tanto si buscas inspiración, renovación o simplemente la oportunidad de ser testigo de la herencia cristiana única de Malta, una peregrinación a Malta promete dejarte transformado. Responda a la llamada a la peregrinación y descubra las tradiciones cristianas que prosperan hoy en Malta.
