Durante la audiencia general del 22 de enero de 2025, el Papa Francisco advirtió a quienes, por miedo, van "a la bruja" para que les "lea la mano", instándoles en cambio a caminar "sin miedo" con Jesús. También presentó a la Virgen María como modelo de confianza, recordando el momento en que aceptó "la misión más grande" jamás confiada a un ser humano.
El Pontífice retomó su ciclo de meditaciones para el Jubileo 2025 dedicado a "Jesucristo, nuestra esperanza". Esta vez comentó las palabras de la Anunciación, pronunciadas por el ángel Gabriel para advertir a María de su futura maternidad.
Las primeras palabras del ángel, "Alegraos", son una "invitación a la alegría" y ya habían sido pronunciadas por los profetas del Antiguo Testamento para anunciar la venida del Mesías, dijo el Papa Francisco. Señaló que a continuación el ángel describe a la Virgen como "llena de gracia", signo de que Dios "ya había habitado" en el corazón de María, convirtiéndola en su "obra maestra".
Entonces el ángel Gabriel tranquilizó a la joven diciéndole: "No tengas miedo". Dios "nos lo dice también a nosotros", comentó el Pontífice al dejar su texto. Se dirigió en particular a quienes "van a la bruja" por miedo al futuro para que "es lea la mano". "Por favor", protestó, condenando implícitamente esta práctica, antes de repetir tres veces: "No tengáis miedo". "Nunca estamos solos", prosigue, subrayando la protección de la Virgen María y la presencia constante de Dios como “compañero de viaje”.
En una audiencia general celebrada el pasado mes de septiembre, el Pontífice declaró que el diablo se esconde detrás de la superstición. "Nuestro mundo tecnológico y secularizado está lleno de magos, ocultistas, espiritistas, astrólogos, vendedores de hechizos y amuletos y, por desgracia, de verdaderas sectas satánicas", lamentó.
"El cristiano no cree en supersticiones, como la magia, las cartas, los horóscopos u otras cosas de este tipo", advirtió el 266º Papa durante un Ángelus en julio de 2023. Lamentó que a muchos cristianos se les lean las palmas de las manos.

La misión más grande jamás confiada a una mujer
Continuando con su magisterio, el Papa subrayó hasta qué punto la Virgen se sentiría sobrecogida por el anuncio de esta "maternidad única" y buscaría comprenderla "en lo más profundo de su ser". "Y es allí, en su corazón abierto y sensible, donde escucha la invitación a confiar plenamente en Dios", declaró.
Iluminada "por la confianza" en Dios, la Virgen "emprende así la misión más grande jamás confiada a una mujer, a una criatura humana", concluyó el Papa Francisco, poniendo a María como modelo de escucha y acogida de la Palabra de Dios.
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