Se necesitan nuevos líderes en Tierra Santa para trabajar por una paz duradera, insiste el Patriarca Latino de Jerusalén, Cardenal Pierbattista Pizzaballa.
"Necesitamos caras nuevas que nos ayuden a pasar página y a aportar nueva luz en estas situaciones tan heridas y profundamente problemáticas de nuestras relaciones entre israelíes y palestinos", declaró el cardenal Pizzaballa.
El patriarca habló con Aleteia el viernes, horas antes de que el gobierno israelí votara la aprobación del acuerdo de alto el fuego en Gaza anunciado el 15 de enero.
El cardenal Pizzaballa afirmó que todo el mundo se alegra de la noticia de que Israel y Hamás hayan llegado esta semana a un acuerdo que pondrá fin a los combates y, con suerte, conducirá a una paz permanente.
"Creo que los cristianos, como cualquier otra persona, están muy contentos con la noticia del alto el fuego. Sabemos que es frágil; sabemos que sigue habiendo cierta oposición. Pero en cualquier caso, es un punto de inflexión muy importante en esta larga y dramática guerra, y lo esperábamos desde hace mucho tiempo, así que todos estamos muy contentos", afirmó.
Abordar las causas profundas del conflicto
El cardenal se refirió a una declaración emitida esta semana por los obispos católicos de Tierra Santa en la que se pedía un nuevo esfuerzo para abordar las causas profundas del prolongado conflicto entre israelíes y palestinos.
... tenemos que encontrar una manera adecuada de que ambos [israelíes y palestinos] estén aquí, cerca unos de otros.
"Está claro que después de esta guerra, por dramática que haya sido, no podemos volver a la situación anterior y seguir posponiendo las cuestiones que están en la raíz del conflicto palestino-israelí", dijo el cardenal.
"Necesitamos, por supuesto, un nuevo liderazgo. No se puede tener una nueva visión o perspectiva con las mismas personas. Creo que es importante un nuevo liderazgo. Y es importante dar a israelíes y palestinos dignidad, seguridad y libertad en su propia patria. Israelíes y palestinos seguirán aquí, por lo que tenemos que encontrar una forma adecuada de que ambos estén aquí, cerca el uno del otro".
Encontrar la esperanza
El cardenal también habló de lo que le ha sostenido personalmente -y a otros cristianos- a lo largo de los difíciles 15 meses transcurridos desde el comienzo de la guerra.
"Se empieza, en primer lugar, por la oración. Hay que rezar. La esperanza es una cuestión de fe. No hay esperanza sin fe. La fe es la base de la esperanza", dijo. "Es muy importante mantener viva tu relación con Jesús, y esto debe alimentarte cada día, en las lecturas de la Escritura, los sacramentos y la Eucaristía".
Sorprendentemente, en sus visitas a la parroquia católica de la Sagrada Familia de la ciudad de Gaza, que, como toda la zona, lleva tanto tiempo asediada, encontró gente que se niega a rendirse.