separateurCreated with Sketch.

“Una Magdalena contemporánea”: un conmovedor encuentro del Papa

SLIDE 10 – WINTER BOOK LIST 2025
whatsappfacebooktwitter-xemailnative
Camille Dalmas - publicado el 18/01/25
whatsappfacebooktwitter-xemailnative
En su nueva autobiografía "Esperanza" (Albin Michel), el Papa Francisco cuenta la vida de la gente del barrio donde creció en Buenos Aires. Una colorida galería de encuentros a veces inesperados

En su nueva autobiografía, Esperanza (Albin Michel), el Papa Francisco recuerda que en su "barrio" -un distrito de Buenos Aires- había varias prostitutas. Había una tal Margot, una peluquera a la que su madre le mandaba a veces a cortarse el pelo, y cuyos padres conocía. "Eran muy buena gente", dice, recordando lo sorprendido que se quedó un día cuando la joven dio a luz a un niño de padre desconocido.

El Papa Francisco también recuerda a una corista que estaba casada con un hombre "turbio" y que, según se decía, también vendía sus encantos. La joven murió repentinamente de tuberculosis, "puesta a prueba por la vida". Era hija de una francesa que había actuado "en clubes nocturnos parisinos", pero que ahora trabajaba como criada y cuya gran dignidad alabó el Papa.

Francisco recuerda también a otras dos chicas de la vida alegre que eran hermanas y tenían fama de ser "de lo mejor", porque concertaban sus citas "por teléfono" y las recogían en coche. "Todo el barrio las conocía", recuerda, recordando sus apodos: La Ciche y La Porota.

"Cuerpos que no interesan a nadie"

Un día de 1993, cuando Jorge Mario Bergoglio tenía casi 57 años y era obispo auxiliar de Buenos Aires desde 1992, recibió una llamada telefónica. "Era la Porota que quería hablar conmigo". El obispo se sorprendió; no sabía nada de ella desde que era niño. "¿Te acuerdas de mí? He oído que te han nombrado obispo, quiero verte", le pidió la mujer, muy habladora, que era, en palabras del Pontífice, como "un río desbordado".

El Papa accedió y recibió a la Porota en el palacio episcopal. La mujer le contó su vida: "Sabe, fui prostituta en todas partes, incluso en Estados Unidos […] Gané dinero, y luego me enamoré de un hombre mayor, que fue mi amante. Cuando murió, cambié de vida". Recibiendo una pensión, la mujer contó a monseñor Bergoglio su nuevo trabajo: bañar ancianos "que no tienen a nadie que los cuide" en su residencia.

"He hecho de todo con mi cuerpo, pero ahora quiero ocuparme de cuerpos que no interesan a nadie", explicó a su obispo. "Una Magdalena contemporánea", exclamó el Papa Francisco, comparándola con la famosa prostituta arrepentida de los Evangelios.

La Porota, enferma, no tenía pelos en la lengua y pronunciaba "cuatro palabrotas cada cinco". Ante el arzobispo Bergoglio, admitió que no iba mucho a Misa, a diferencia de su hermana, La Ciche, que también había "cambiado de vida" y dedicaba su tiempo a rezar. "Se ha convertido en una chupa velas", dijo la ex prostituta en su pintoresco lenguaje, antes de pedir a monseñor Bergoglio que le diga a su hermana que "mueva el culo" y se ocupe de los demás.

"La quería mucho"

Unas semanas más tarde, la Porota pidió al Papa que fuera a celebrar una Misa por ellas y algunas de sus amigas, antiguas prostitutas o mujeres que habían pertenecido al "sindicato", o bajos fondos. Francisco accedió, y trajo consigo a un amigo sacerdote que atravesaba una grave crisis vocacional, pero que se estaba recuperando. "Fue una fiesta magnífica", recuerda, contando cómo todas las mujeres habían decidido confesarse. Más tarde, fue en su cama del hospital donde el Papa encontró a la Porota, que le había pedido que fuera a recibir la Extremaunción y la Comunión. Murió poco después, y desde entonces el Papa Francisco nunca ha olvidado rezar por ella el día de su muerte. "La quería mucho", dice.

¿Te ha gustado leer este artículo? ¿Deseas leer más?

Recibe Aleteia cada día.

Apoye Aleteia

Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia.  Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.

  • 20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
  • Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
  • Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
  • Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
  • 600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
  • Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
  • Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).

Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.