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"Dios mío, qué bonita es". ¿Qué más se puede decir cuando se ven imágenes de Notre-Dame por fin en pie? El viernes 29 de noviembre, las cámaras de France 2 desvelaron el interior de Notre Dame de París un poco antes de tiempo, ya que el Presidente de la República realizó una última visita, casi privada, a las obras.
Nada queda de la trágica noche que estuvo a punto de llevarse a la Vieja Dama. Las cicatrices del incendio del 15 de abril de 2019 se han borrado: no queda ni rastro de plomo, hollín o mugre. El armazón de hierro y las perchas de madera que rodeaban Notre-Dame como un corsé han desaparecido. Solo queda un pequeño derrame de plomo en la mano derecha de Cristo en la Piedad, último recuerdo de la ordalía.
Notre Dame parece haberse revestido de un gran manto de luz, como si hubiera resucitado. Gloriosa. La blancura mineral de la piedra, el resplandor de las vidrieras, la inmensidad de la nave, que parece abrir sus brazos de par en par esperando encontrar a sus hijos: Notre Dame exulta, imponiendo suavemente una majestuosidad que quizás nunca antes habíamos visto.
La catedral es, una vez más, una oda a la gracia. "Está tan claro", exclamó Rachida Dati, Ministra de Cultura, mirando hacia Brigitte Macron. "¡Qué trabajo!", murmuró mientras sus ojos recorrían las majestuosas arcadas.
"¡Nuestra Señora es la Virgen María!
Al entrar en la nave, aún vacía de sillas y con su reluciente suelo de baldosas, se descubre el nuevo baptisterio, obra de Guillaume Bardet, encargado del mobiliario litúrgico.
El baptisterio es muy sencillo, en consonancia con la "noble sencillez" exigida por el arzobispo de París, y está realizado en bronce, cuyo aspecto se asemeja curiosamente al de la madera.
Monseñor Ulrich y Emmanuel Macron elogiaron esta elección por su "equilibrio estético". Más adelante, en el coro, el altar, la cátedra y el ambón muestran la misma sobriedad.
El relicario, instalado a mediados de noviembre, "magnificará la corona de sufrimiento que veremos en el óculo", como explicó más tarde Mons. Ulrich. La santa reliquia se colocará allí el 13 de diciembre y se ofrecerá a la veneración de los fieles, que podrán incluso tocar el relicario "como en Lourdes, donde se puede tocar la roca".
Más allá, la Virgen del Pilar se yergue orgullosa. Habiendo sobrevivido a las llamas, la imagen de su blancura entre los negros escombros esparcidos por el edificio asombró al mundo entero.
"¡Nuestra Señora es la Virgen María! No debemos olvidarlo. Incluso en el incendio, esta estatua recordaba su importancia, permaneció intacta", comentó en el programa Mathieu Lours, historiador especializado en arquitectura religiosa. Y sin embargo, "data del siglo XIV y es absolutamente frágil. Así que el hecho de que sobreviviera al incendio…" añadió Anne-Cécile Beaudoin, redactora jefe de Paris Match, dejando su frase en el aire.
A mediados de noviembre, la estatua volvió a su lugar cerca del portal sur, justo delante del coro, tras una gran procesión encabezada por Monseñor Ulrich por las calles de la capital.
El armazón, tanto del coro como de la nave ha recuperado su antiguo esplendor. Formado por 2 mil robles, el bosque de la catedral se ha reconstruido exactamente como era. Al bajar, descubrirá con asombro el recinto norte del coro, famoso por su belleza, y la capilla de Saint-Marcel, con sus impresionantes colores y matices originales revelados por una importante limpieza.
Reapertura el 8 de diciembre
Para ver Notre Dame "en la vida real", tendrá que esperar unos días más. La inauguración oficial y la reapertura tendrán lugar el 8 de diciembre, cuando se consagre el altar durante la Misa.
Este acontecimiento único abrirá entonces una octava, una semana durante la cual se celebrará una fiesta solemne todas las mañanas. La catedral se abrirá al público todas las tardes.
[IMÁGENES] El esplendor del interior de Notre-Dame, días antes de su reapertura
