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La sagrada Biblia dice en el Génesis narra cómo fueron creados los primeros seres humanos que existieron en el mundo: Adán y Eva. Y especifica que fueron hechos por Dios a su imagen y semejanza:
"Y Dios creó al hombre a su imagen; lo creó a imagen de Dios, los creó varón y mujer" (Gén 1, 27).
¿Hombre o mujer?
Por esto, muchos creyentes se preguntan: "Entonces, ¿Dios es hombre o mujer?" Para entender esta cuestión, veamos qué dice el Catecismo de la Iglesia católica:
"Por haber sido hecho a imagen de Dios, el ser humano tiene la dignidad de persona; no es solamente algo, sino alguien. Es capaz de conocerse, de poseerse y de darse libremente y entrar en comunión con otras personas; y es llamado, por la gracia, a una alianza con su Creador, a ofrecerle una respuesta de fe y de amor que ningún otro ser puede dar en su lugar".
Hasta aquí, el Catecismo nos dice que el ser humano es alguien porque tiene dignidad de persona, y es por él que Dios hizo toda la creación. Pero fue más allá, porque por su amor por el hombre y la mujer no perdonó ni siquiera a su Hijo para rescatarlos del pecado.
Sin embargo, aún no despejamos la incógnita, ¿Dios es hombre o es mujer?
Dios es Espíritu
El ser humano está hecho de cuerpo y alma, como lo destaca el Catecismo:
"La persona humana, creada a imagen de Dios, es un ser a la vez corporal y espiritual. El relato bíblico expresa esta realidad con un lenguaje simbólico cuando afirma que 'Dios formó al hombre con polvo del suelo e insufló en sus narices aliento de vida y resultó el hombre un ser viviente' (Gn 2,7)".
Así es que, el alma que Dios dio al ser humano "es aquello por lo que es particularmente imagen de Dios: 'alma' significa el principio espiritual en el hombre" (CEC 363).
Y para dejarlo claro, leemos lo siguiente:
"Dios no es, en modo alguno, a imagen del hombre. No es ni hombre ni mujer. Dios es espíritu puro, en el cual no hay lugar para la diferencia de sexos. Pero las 'perfecciones' del hombre y de la mujer reflejan algo de la infinita perfección de Dios".
Cuidar a la persona completa
Por lo tanto, entendemos que somos como Dios porque tenemos un alma espiritual e inmortal, y que la persona completa, alma y cuerpo, tienen una dignidad que le hacen capaz de amar a Dios y relacionarse con otras personas.
Por eso, el respeto a la persona completa implica cuidar su cuerpo y su alma, y trabajar para perfeccionarse cada día para parecerse cada vez más a su Creador.