Rodeado de los 368 miembros del Sínodo sobre la Sinodalidad -el gran proyecto lanzado en 2021 para hacer la Iglesia más participativa y menos clerical- y de los 16 representantes de otras Iglesias cristianas presentes en el encuentro, el Papa Francisco celebró una oración ecuménica en la Plaza de los Protomártires del Vaticano la tarde del 11 de octubre de 2024. En su meditación, que fue entregada a los participantes pero no pronunciada por el Papa, expresó su "vergüenza" ante el "escándalo de la división de los cristianos".
La velada comenzó al anochecer con una procesión de antorchas encabezada por el Papa en silla de ruedas. Los miembros del Sínodo se reunieron en un ambiente contemplativo al pie de los muros de San Pedro, en la plaza adoquinada que recuerda a los primeros mártires de la Iglesia de Roma.
Durante la vigilia, dirigida por un pequeño coro, el pontífice de 87 años introdujo la oración y dio su bendición con voz ronca. Pero no leyó su texto preparado, que luego hizo público la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
La fecha de esta oración no ha sido elegida al azar: hoy hace 62 años, el 11 de octubre de 1962, se inauguró el Concilio Vaticano II, "marcando la entrada oficial de la Iglesia católica en el movimiento ecuménico", señala el Papa Francisco en su meditación.
Para el 266º Papa, "la unidad de los cristianos y la sinodalidad van unidas". "En ambos procesos, no se trata tanto de construir algo como de acoger y hacer fructificar el don que ya hemos recibido", asegura en su meditación.
Esta segunda sesión mundial del Sínodo ha suscitado el interés de diversas Iglesias -entre ellas varios patriarcados ortodoxos, la Comunión Anglicana, la Federación Luterana Mundial, el Consejo Metodista Mundial y el Congreso Mundial Menonita-, algunas de las cuales han iniciado ellas mismas un proceso similar.
Un experto en el Sínodo explicó a I.MEDIA que "el Sínodo es valioso para el ecumenismo porque vuelve a poner de relieve el bautismo común a todos los bautizados, laicos, sacerdotes… y esto es también lo que nos acerca a otras confesiones cristianas".
"No sabemos de antemano cuál será el resultado"
"La unidad es un camino: madura en el movimiento", prosigue el pontífice argentino. Y añade: "Así como no sabemos de antemano cuál será el resultado del Sínodo, tampoco sabemos exactamente cómo será la unidad a la que estamos llamados".
El jefe de la Iglesia católica afirma también que la unidad no es "uniformidad, ni fruto de compromisos o equilibrios", sino "armonía en la diversidad de carismas". Exhorta a las distintas confesiones cristianas a "dar testimonio juntos, unos con otros, y no lejos unos de otros, o peor aún, unos contra otros".
"Expresamos también nuestra vergüenza ante el escándalo de la división de los cristianos, el escándalo de no dar juntos testimonio del Señor Jesús", afirma, considerando que el Sínodo es "una oportunidad para hacerlo mejor, superando los muros que aún existen entre nosotros".
En el curso de su meditación, el Papa rindió también homenaje a los cristianos "que hoy, en muchas partes del mundo […] dan juntos su vida por la fe en Jesucristo, viviendo el ecumenismo de la sangre". "Su testimonio es más fuerte que cualquier palabra", afirmó.