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Seamos líderes con "interruptor", alguien que ayude a que se encienda la luz de cada uno, es decir, sé una "bombilla" que ilumina a los demás. Esta es la propuesta del psicopedagogo Marcos Abollado en su libro Infinito, que está presentando este otoño en Madrid.
Por lo que el equipo de Aleteia se reunió con el autor, quien respondió a algunas preguntas sobre el liderazgo al que, como cristianos, estamos llamados.
Aleteia: ¿Cómo se logra dirigir un equipo con un espíritu cristiano?
Marcos: Dirigir no es lo mismo que liderar. Dirigir es algo que te otorga un cargo, pero liderar es una elección que cualquier persona puede tomar.
Tener una guitarra no te convierte en guitarrista, ni tener una baraja de cartas te convierte en mago; de la misma manera, tener un equipo a tu cargo no te convierte en líder.
Hay directores de equipos que son cristianos y practicantes, que asisten a Misa dominical, pero que no muestran conductas cristianas en sus decisiones diarias.
Los valores universales, incluyendo el amor, pueden estar presentes en cualquier director sin necesidad de que sea cristiano.
"Ser cristiano significa reflejar los valores de Cristo"
Esto implica respetar la historia de cada persona a la que diriges, considerar a esa persona como un fin en sí misma y no como un medio ni como un "recurso" (de ahí la expresión desafortunada de "recursos humanos").
La actitud de servicio, la voluntad, el ejemplo y el optimismo son valores universales. Ser cristiano significa reflejar los valores de Cristo.
Nos dejó mensajes como las Bienaventuranzas, que llevadas al liderazgo significarían liderar desde la humildad, con la conciencia de ser instrumentos de Dios y con empatía. El líder cristiano no busca el reconocimiento, vive para servir.
Él dignificó a los olvidados, que en aquella época eran los pobres, las mujeres y los niños; se conmovió ante el sufrimiento de los demás; no solo anunció que los pobres serían bienaventurados, sino que él mismo se despojó de todo y se hizo pobre.
No solo nos enseñó a perdonar al enemigo, sino que, crucificado en un instrumento de tortura, perdonó a sus torturadores.
Murió solo, abandonado, sin ver el fruto de su obra. Vivió con coherencia, sabiendo que conocía la verdad, sin importar la incomprensión o la crítica de los demás.
Eligió para su equipo a personas ignorantes, egocéntricas, miedosas e impetuosas. Y ese equipo, lleno de imperfecciones, fue el que eligió para edificar la Iglesia. Esto me da mucha esperanza para liderar desde mi propia pequeñez.
Aleteia: ¿Qué has querido transmitir con este libro?
Marcos: He querido hacer una llamada a abrir los espacios interiores que, muchas veces, dejamos sin explorar.
Hoy en día nos preocupamos mucho por la inteligencia artificial, cuando la inteligencia natural sigue siendo un terreno inexplorado.
Mi intención es ofrecer una mirada optimista y alentadora, invitando a cada persona a abrir las puertas que esconden sus talentos, esos dones únicos que todos poseemos.
Es desde esa singularidad desde donde podemos iniciar la aventura de conquistar nuestra libertad.
He querido matizar el concepto de liderazgo tradicional, haciendo referencia no solo a la dirección de equipos en la empresa, sino también al liderazgo en la vida, trazando constantemente analogías con la paternidad.
Todos estamos llamados a ser líderes, cada uno desde su rol, vocación y originalidad. Cada uno de nosotros tiene una misión única, diferente de la de los demás.
Es una llamada a ser en el mundo quienes realmente somos, y es precisamente en el descubrimiento y la potenciación de esa originalidad donde reside una de las esencias del liderazgo.
Aleteia: ¿Cómo es el concepto de "cara B del liderazgo" al que aludes en tus presentaciones del libro?
Marcos: Te doy tres ejemplos que es mucho más visual que una explicación:
El primero de ellos es cuando yo decido seguir a otra persona aunque en ese proyecto no esté conforme con el enfoque. Le sigo por fidelidad.
El segundo es cuando una persona que dirige a un equipo, se acerca a un colaborador y le pide ayuda. Reconocer que otra persona sabe de un tema más que tú o que para hacer una tarea necesitas la opinión o colaboración de otro, es grandioso.
El tercero es la curiosidad y la apertura al aprendizaje. La persona que cree saberlo todo nunca podrá aprender nada.
Aleteia: Das mucha importancia a la originalidad, ¿por qué?
Marcos: El psicólogo Carl Jung decía: "Nacemos originales, pero morimos copias". Esa frase me persigue, y trato de que no se cumpla en mi caso.
Liderar no significa acumular seguidores, sino ser capaz de formar nuevos líderes, de ayudar a otros a descubrir su propia misión.
Hay ocho mil millones de personas el mundo. Cada uno tiene una huella dactilar distinta. Eso es algo externo. Imagínate por dentro lo diferentes que somos.
En el libro menciono que puedo copiar al mejor mago del mundo, pero siempre seré una copia.
Nunca ha existido nadie como tú ni como yo. Tampoco existe alguien igual hoy en el mundo (como diría mi mujer, "y menos mal"). Tampoco lo habrá en el futuro.
De ahí la importancia de abrir nuestras puertas para conocernos, reconocernos como diferentes. No mejores ni peores, solo únicos. También está el reto de descubrir y respetar esa diferencia en los demás.
En esta sociedad de la "perfección", la imperfección se ha vuelto invisible, pero, paradójicamente, es un superpoder para liderar.
