La Sábana Santa de Turín es un lienzo de 4.37 m de largo y 1.13 m de ancho, que muestra la imagen del cuerpo atormentado de un hombre. Se conserva en la catedral de Turín.
Según la tradición, fue en este lienzo donde se envolvió el cuerpo de Jesús tras su martirio en la cruz. Durante años ha habido disputas sobre la autenticidad de este recuerdo; por ejemplo, las investigaciones llevadas a cabo en la década de 1980 apuntaban al origen medieval de la tela, pero más recientemente ha habido varias publicaciones que confirman su probable autenticidad.
En agosto de este año, el periódico británico Daily Star publicó en su página web los resultados de un interesante experimento. Los periodistas encargaron a una inteligencia artificial (IA) la tarea de crear una imagen de la figura reflejada en la Sábana Santa. El rostro y el pecho del hombre generado por la IA son sorprendentemente similares a las imágenes de Jesús conocidas, por ejemplo, en la iconografía católica. El hombre apuesto y bastante joven de la Sábana Santa tiene el rostro dibujado y delgado, barba, bigote y pelo largo.
A la inteligencia artificial se le encomendó una tarea similar hace un año. Los resultados pueden verse aquí. El hombre de esta imagen ha sido estilizado diferente y tiene una forma de ojos ligeramente distinta, pero por lo demás tiene un aspecto similar.
¿La sangre del Crucificado?
Como informa el Daily Star en un artículo reciente, hace poco se realizó otro estudio interesante. Ingenieros de la Universidad de Padua (Italia) encontraron fragmentos de sangre en la Sábana Santa de Turín y los analizaron. Se demuestra que la persona cuya sangre se encontró en la tela tenía insuficiencia orgánica y lesiones que podrían haber sido consecuencia de haber estado colgado mucho tiempo en la cruz.