Sin el Espíritu Santo, aseguró el Papa, "la fe es sólo una doctrina, la moral sólo un deber".
"Tantas guerras, tantos conflictos: ¡el mal que puede hacer el hombre parece increíble!", lamentó el Papa 266 en su homilía. Detrás de estas "hostilidades", denunció "el espíritu de división, el diablo", que "se deleita en los antagonismos, las injusticias, las calumnias".
Tras señalar que "nuestros esfuerzos para construir la armonía no son suficientes", el jefe de la Iglesia católica recomendó recurrir al Espíritu Santo, que "renueva la tierra, […] no cambiando la realidad, sino armonizándola".
Sin el Espíritu Santo, martillaba el Sucesor de Pedro, "la Iglesia está inerte, la fe es sólo una doctrina, la moral sólo un deber, la pastoral sólo un trabajo". Es "a Él, sobre todo, a quien la Iglesia necesita hoy", dijo. Y exhortar: "Pongamos de nuevo al Espíritu Santo en el centro de la Iglesia, de lo contrario nuestro corazón no arderá de amor a Jesús, sino a nosotros mismos".
El obispo de Roma también ordenó poner "el Espíritu al principio y en el centro del trabajo del sínodo". El "Sínodo de la sinodalidad" -taller de reflexión sobre el futuro de la Iglesia, inaugurado en 2021 y que concluirá en 2024- no sirve para "reivindicar derechos y necesidades según la agenda del mundo", ni para "ir donde nos lleve el viento", repitió.
El Espíritu Santo no tiene un "proyecto estructurado", ni un "plan preciso y articulado", también deslizó el pontífice argentino, quien criticó de paso las "doctrinas frías, que parecen matemáticas", de ciertos teólogos.
Para realizar el "caminar en el Espíritu", el Papa aconsejó invocarlo diariamente. "Así que digámosle todos los días: ¡ven! […] Comencemos cada día orando a Él". Dejó la asamblea con algunas preguntas: "¿Soy rápido para juzgar, señalar con el dedo y dar un portazo en la cara a los demás, viéndome víctima de todo y de todos? […] ¿Perdono, promuevo la reconciliación y creo comunión? ".
"Si el mundo está dividido, si la Iglesia está polarizada, si el corazón está fragmentado, no perdamos el tiempo criticando a los demás y enfadándonos con nosotros mismos, sino invoquemos al Espíritu, él puede resolver esto", concluyó el Papa.
Después de la misa, el Papa Francisco celebrará la oración mariana del Regina Cæli al mediodía en la Plaza de San Pedro. Si el pontífice, de 86 años, tuvo un episodio de fiebre y fatiga que le impidió recibir el 26 de mayo, sin embargo reanudó sus actividades al día siguiente.