Campaña de Cuaresma 2025
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El Miércoles de Ceniza es un día muy importante para los católicos porque inicia la Cuaresma, uno de los tiempos litúrgicos más fuertes de la Iglesia por su significado. En él, los cristianos tenemos la oportunidad de hacer un alto en nuestra vida y revisar el camino andado, con la finalidad de adentrarnos en la oración, el ayuno, la penitencia y la limosna más profundamente que en otra época.
Por eso, aunque no es obligatorio tomar ceniza, conviene revisar los efectos espirituales que este sacramental aporta a nuestra vida para que nos acerquemos con más devoción a recibirla.
1Nos dispone al cambio
En la sagrada Biblia encontramos muchos ejemplos en los que se usa la ceniza para significar tristeza, luto o dolor. También es señal de arrepentimiento:
"Cíñete un cilicio, hija de mi pueblo, y revuélcate en la ceniza, llora como por un hijo único, entona un lamento lleno de amargura! Porque en un instante llega sobre nosotros el devastador".
Ese sentido no ha variado mucho en la actualidad, pues tomando ceniza entendemos que nuestra vida debe corregir su rumbo y disponernos a dejar atrás nuestras faltas, pecados y defectos que ofenden a Dios.
La tentación viene en muchas presentaciones, por eso el Miércoles de Ceniza nos alista para hacer un buen examen de conciencia y confesarnos bien.
2Nos encamina a la humildad
"Entonces Abraham dijo: 'Yo, que no soy más que polvo y ceniza, tengo el atrevimiento de dirigirme a mi Señor'".
Nadie, por muy poderoso o rico que sea, se salvará de morir. La ceniza nos alerta a poner los pies sobre la tierra, porque no importa que tengamos muchos bienes materiales, al final, Dios verá únicamente nuestras buenas obras y tomará muy en cuenta nuestro trato a los demás.
La humildad que representa este sencillo sacramental nos ayudará a recordarlo.
3Nos avisa que tendremos un fin
"Ganarás el pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la tierra, de donde fuiste sacado. ¡Porque eres polvo y al polvo volverás!"
En la misma línea que Adán y Eva, arrastramos con nosotros la debilidad que nos limita para hacer la voluntad de Dios. La ceniza nos recuerda que algún día regresaremos al polvo del que fuimos tomados, para que no creamos que seremos indestructibles o eternos.
La fragilidad del cuerpo nos anuncia que solo por la gracia y el amor de Dios tenemos vida y que debemos aprovecharla para ganar el cielo.
3Nos prepara para la Pascua
Todo comienzo tiene un fin. Y el desenlace de la Cuaresma es la Resurrección del Señor. Después de cuarenta días de reflexión por fin veremos el triunfo de Jesús. No se trata de un recordatorio sino de una renovación.
El Señor de la Vida ha vencido a la muerte y dará el premio a quienes hagan su voluntad. La ceniza se convierte en Luz del mundo, por eso vayamos con alegría a imponernos la ceniza y vivamos intensamente la Cuaresma, porque la promesa de vida eterna nunca caducará.


