El papa Francisco recibió en audiencia privada a un hijo de un coronel secuestrado y asesinado por la guerrilla ERP. Se trata de Arturo Larrabure, hijo del coronel Argentino del Valle Larrabure. Este hombre fue asesinado en 1975 luego de 372 días en cautiverio, durante la década de mayor violencia fratricida en la Argentina.
Lo acompañó además Aníbal Guevara, hijo de Aníbal Alberto Guevara, exteniente detenido y condenado en circunstancias que su hijo, como muchos otros familiares de detenidos en similares condiciones reclaman, no se darían en condiciones de equidad y justicia, incluso en casos de prolongadas prisiones preventivas.
La particularidad del caso de Larrabure es que recientemente se comenzó con un proceso de recolección de información que podría llevar a la apertura de una causa de beatificación del coronel.
El encuentro
Según relató Larrabure al periodista de La Nación Mariano de Vedia posteriormente, el encuentro con el Papa «fue muy cordial, lleno de simbolismos. El Papa se mostró muy afectuoso, cariñoso y comprensivo. Parecía una reunión de amigos. Conoce muy bien el caso de mi padre y escuchó atentamente lo que le planteamos».
Según contó luego en redes sociales, le dijo al papa Francisco que estaba cansado. Pero el pontífice lo animó a seguir adelante ya que lo estaban haciendo muy bien. Según relató, los instó a no bajar los brazos ya que, dijo, Argentina necesitaba recuperar toda la historia completa. «Parece mentira que hay que mendigar a la historia ser escuchado», expresó que Francisco le dijo.
El Papa conocía el caso de Larrabure desde sus años como arzobispo de Buenos Aires, cuando recibió del hijo la biografía de su padre.
El cautiverio
Argentino del Valle Larrabure trabajaba como subdirector de la Fábrica Militar de Pólvoras y Explosivos en Villa María Córdoba cuando ésta fue asaltada por el ERP el 11 de agosto de 1974. Luego de más de un año de torturas, fue asesinado. Un guerrillero vendió tiempo después su diario personal. Ahí expresaba que el cautiverio lo sumía en las sombras pero a la vez lo llenaba de luz.
Además, en cartas a su familia expresaba: «A mis hijos y ahijado especialmente, que no olviden mi mensaje, aún suceda lo peor, no deben odiar a nadie y devolver la bofetada poniendo la otra mejilla».
Puentes para la Legalidad
Acompañaba a Larraburu, además de familiares, Aníbal Guevara. Según expresó a La Nación, le pidieron a Francisco ayuda para «repensar cómo procesar en la sociedad la tragedia de los 70». Y pudo relatarle de la labor Puentes para la Legalidad. Desde esta Asociación Civil, familiares de imputados en causas de Lesa Humanidad denuncian distintas irregularidades y violaciones a los derechos humanos sufridas por sus parientes durante procesos judiciales.
Ya en 2020, en una visita del obispo Castrense a la Santa Sede, Francisco había hecho llegar su cercanía para los militares detenidos cuando les envió cincuenta rosarios bendecidos.