Ecuador se ha convertido en los últimos meses en uno de los países de América Latina con mayor tasa de robos y asaltos. Por ejemplo, según cifras publicadas por el propio Gobierno, en 2021 se registraron más 25.000 robos a nivel nacional. Pero entre enero y mayo de 2022 ya se llevaban contabilizados más de 12.000 (casi la mitad en apenas cinco meses del año).
Sin dudas una situación preocupante, que se viene generando desde hace bastante tiempo, pero que ha colocado al país en el foco internacional luego de lo sucedido en cuanto a la violencia en sitios como las cárceles (con centenares muertos) y hasta un atentado con explosivos en los primeros días de agosto que dejó cinco fallecidos y varios heridos en la zona Cristo del Consuelo de Guayaquil.
En efecto, Guayaquil se ha transformado en un lugar que sufre una suerte de «epidemia de violencia» gracias a la presencia de bandas criminales, aspectos que llenan de temor a los ciudadanos.
Adoración eucarística, una respuesta
Es en medio de esta difícil situación donde también aparecen personas que buscan llevar esperanza donde parece que todo está perdido. Un claro ejemplo de esto es el sacerdote Eduardo Méndez Sandoya, quien se ha caracterizado por trabajar de manera cercana a los jóvenes.
La labor del padre Eduardo es destacada por la propia Arquidiócesis de Guayaquil a través de su sitio web y principalmente por ser un sacerdote que ha promovido desde su ordenación en 2021 la adoración al Santísimo Sacramento a través de la campaña «100 días de Misericordia». Esa tarea la ha desempeñado en la iglesia Ángel de la Guarda y ha sido su primer encargo pastoral como párroco.
Con respecto a su historia, se recuerda que el padre Eduardo fue criado en el seno de una familia católica de Ecuador, siendo el mayor de cuatro hermanos. Desde joven estuvo vinculado a la comunidad Sagrados Corazones y su vocación sacerdotal fue creciendo de manera paulatina.
El padre Eduardo ingresó al Seminario Mayor de Guayaquil en 2012 y desde ese momento ha estado colaborando con diversas parroquias como San Juan Bautista de Pascuales, Niña María, María Madre de la Iglesia y hasta la catedral de Santa Elena.
«Desde el inicio del sacerdocio ha sido una bendición de Dios haber estado con el pueblo de Santa Elena. Ha sido una experiencia maravillosa, la gente muy acogedora y me ayudó a crecer. Han cuidado de mí con sus oraciones, son muy cuidadosos con sus sacerdotes. La pastoral juvenil ha sido de gran gozo en las distintas zonas y realidades. Haber vivido las procesiones de la Semana Santa luego de regresar a la normalidad fue muy grato», expresó el padre Eduardo.
«100 días de Misericordia»
Precisamente, en medio de sus actividades pastorales, ahora como párroco de Ángel de la Guarda, su contacto con la gente le ha permitido confirmar el gran compromiso de diversos grupos parroquiales.
No obstante, entre los puntos más relevantes de su misión aparece la iniciativa «100 días de Misericordia». En este caso, algo que busca promover la adoración eucarística y que reúne a los fieles todos los días a las 17.00 horas ante el Santísimo, tal cual prosigue la Arquidiócesis de Guayaquil.
En medio de esto, una de las reflexiones fundamentales que de alguna manera se da la mano con la actualidad de Guayaquil y Ecuador. Es que el propio sacerdote explicó que cuando llegó a la parroquia, los niveles de inseguridad estaban entre los más alto de la ciudad. «Y a través de Jesús Sacramentado busca combatir espiritualmente al enemigo», se agrega a modo de comentario desde la Arquidiócesis de Guayaquil.
En tanto, se recuerda que se prevé que este programa culmine para el 2 de octubre con el inicio de las fiestas parroquiales en esa zona de Ecuador.