Un sacerdote católico fundó el primer hospital psiquiátrico del mundo. No debería ser una sorpresa, porque es solo una de las muchas contribuciones que la Iglesia ha hecho a la humanidad que la mayoría de las personas, incluidos los católicos, ignoran.
Era viernes 24 de febrero de 1409. El P. Juan Gilabert Jofré salía del convento de la plaza de la Merced de Valencia, en España. De camino a la catedral, cerca de la iglesia de Santa Catalina, vio a un grupo de jóvenes burlándose y agrediendo a un hombre. Gritando decían «¡Loco, loco!».
Era evidente que se trataba de un hombre con trastornos mentales. El sacerdote rechazó valientemente a los atacantes, protegió al pobre y lo llevó a la residencia de los Mercedarios.
El P. Jofré era él mismo mercedario, o sacerdote perteneciente a la Orden de la Merced, a la que ingresó en 1370.
Los Mercedarios y Nuestra Señora de la Merced
La comunidad Mercedarios tiene más de 800 años. La orden fue fundada el 10 de agosto de 1218 en Barcelona. Además de los votos tradicionales de pobreza, castidad y obediencia, sus miembros hacen un cuarto voto: dedicar su vida a liberar esclavos hasta el punto de intercambiar lugares con prisioneros que corrían peligro de perder la fe, o si la orden no tenía dinero para comprar su liberación.
Uno de los mercedarios más conocidos es el fundador, San Pietro Nolasco, un gran libertador de los cristianos que fueron secuestrados por los musulmanes y llevados como esclavos al norte de África. El santo vendió el patrimonio que había heredado de su familia para organizar expediciones de redención.
Cuando se quedó sin recursos, comenzó a pedir limosnas y donaciones. Cuando también se terminaron, oró a Dios por un milagro. Fue entonces cuando recibió una aparición de la Virgen, quien le pidió que fundara una congregación dedicada al rescate de esclavos. Este fue el origen tanto de la Orden de la Merced como de la devoción a Nuestra Señora de la Merced.
El primer hospital psiquiátrico
Fue en la residencia Mercedari donde el P. Jofré acogió al hombre del que se burlaban por sus problemas mentales. Desde entonces, el sacerdote empezó a promover, no solo la caridad hacia los enfermos mentales, sino también la creación de un hospital específico para ellos.
El Papa Benedicto XIII tomó conocimiento de la iniciativa y autorizó la obra con la bula del 16 de mayo de 1410.
El hospital fue puesto bajo el patrocinio espiritual de la Virgen María, bajo la advocación de Nuestra Señora de los Inocentes.
Las cosas se movieron rápidamente: el 1 de junio de 1410 nació el Hospital de los Inocentes para acoger a los enfermos mentales, los niños pobres y abandonados. La capilla estaba dedicada a Nuestra Señora de los Desamparados. El primer hospital del mundo en ofrecer tratamiento y residencia para enfermos mentales se ha convertido en el Hospital Universitario de Valencia.
El P. Jofré pasó un tiempo realizando misiones evangelizadoras con San Vicente Ferrer. Al poco tiempo de regresar al monasterio, muere el 18 de mayo de 1417. A pesar de varios contratiempos por circunstancias históricas y no por la vida del P. Jofré, su proceso de canonización está pendiente pero no olvidado.