El cardenal alemán había presentado su renuncia al pontífice en junio pasado, reconociendo sus errores personales al manejar los abusos. El Papa 266 se había negado, pidiéndole que continuara sirviendo a la Iglesia Católica "como Arzobispo de Munich-Freising".
“Ya no quiero salir solo”, dijo el alto prelado en la rueda de prensa, abogando por un reparto de responsabilidades en una Iglesia más sinodal. Respondiendo a las preguntas de los periodistas, abogó en particular por “muchas más mujeres en puestos de liderazgo en la Iglesia”.
Pidió que el informe se incluya en el proceso de reforma de la Iglesia católica, poniendo como ejemplo una vez más el planteamiento del Camino Sinodal abierto en 2019 por la conferencia de obispos de Alemania tras la publicación de un primer informe sobre abusos. Y martilleó: “¡No hay futuro para el cristianismo en nuestro país sin una Iglesia renovada!.
Considerando que el trato a las víctimas de abusos en su archidiócesis es "imperdonable", el cardenal Marx dijo estar dispuesto a asumir personalmente todos los hechos de los que le acusa el informe, declarando sin embargo ver sobre todo "fallas administrativas y de comunicación".
En uno de los dos casos por los que está implicado, sin embargo, se culpa a sí mismo "por no haberse acercado realmente más 'activamente' a las personas involucradas".
Comentando el informe en su conjunto, lamentó que “la Iglesia [ha sido] de hecho un lugar de calamidad y no de salvación para muchas personas, un lugar de temor más que de consuelo”. Se negó a comentar sobre los casos que involucran a sus predecesores vivos, incluido Benedicto XVI, y dijo que no quería “hablar por ellos”.
Ningún complot contra Benedicto XVI
En respuesta a un reportero, calificó de "absurdas" las teorías de conspiración contra el Papa emérito. Destacó que no había "ningún motivo para dudar de la seriedad" de la investigación y que Benedicto XVI estaba participando "activamente" en el proceso.
El cardenal Marx hizo pocos anuncios concretos, aparte de la renuncia del padre Lorenz Wolf, quien fue muy criticado en el informe. Sin presentar su contenido, anunció un programa de reforma en la arquidiócesis, cuyos resultados pretende presentar en un año.