Honduras vive una nueva jornada electoral. El país que expulsa mayor número de migrantes hacia el norte del continente americano (México y Estados Unidos) y que se ha sumido en una espiral de pobreza, violencia y pandillaje, es llamado a asistir a votar para “abrir un nuevo capítulo en la historia democrática de Honduras empezando por las urnas".
Tanto la Conferencia Episcopal de Honduras como Cáritas de Honduras han invitado a la población del país centroamericano a asistir de manera masiva a las urnas para hacer de este 28 de noviembre “una verdadera fiesta cívica”, con una intención muy clara: instaurar “una nueva gobernabilidad” que garantice la paz, la justicia y el bien común.
Golpeada, también, por los desastres naturales, Honduras enfrenta una severa crisis política que se manifiesta en las acusaciones de corrupción del presidente saliente, Juan Orlando Hernández. De hecho, los dos punteros, el Partido Nacional y Libertad y Refundación, han optado por candidaturas femeninas a la presidencia; Nasry Asfura y Ximena Castro, respectivamente.
Qué se elige este domingo
Como sea, la Iglesia ha sido enfática al llamar a los 5,2 millones de votantes a que acudan a votar para elegir al presidente del país en el periodo 2022-2026, a tres vicepresidentes, a 128 diputados del Congreso Nacional, a 20 del Parlamento Centroamericano y a los alcaldes de 298 ciudades, algunas de ellas, como San Pedro Sula, necesitadas de encontrar una salida a la violencia.
Los sondeos realizados por el Centro de Estudios para la Democracia en Honduras dan ventaja a Xiomara Castro, esposa del expresidente Manuel Zelaya, quien fuera derrocado mediante un golpe de Estado en 2009; una acción que ha contribuido, en la última década, a aumentar la polarización en el país centroamericano, segundo más pobre en la región tras de Haití.
Las desventuras por las que están pasando los hondureños se refleja en las constantes caravanas de migrantes que, jugándose el todo por el todo, salen de su país para tratar de llegar a Estados Unidos o, de plano si no lo logran, quedarse a vivir en México: todo menos regresar a su hogar, según lo han confesado en infinidad de ocasiones los migrantes hondureños a su paso por el país azteca.
Herencia de sangre política
Sobre todo, los jóvenes –aunque cada día se ven más familias migrantes—son los que abandonan Honduras para no volver pronto, quizá nunca. Sobre muchos de ellos pende una amenaza de muerte por parte de las maras. Ello ha convertido a este país en uno de los más violentos de América Latina, con un promedio de 38 homicidios por cada cien mil habitantes.
Las campañas para renovar a la presidencia del país se han teñido de sangre. Desde que se convocaron las elecciones que se celebran hoy, según Naciones Unidas han ocurrido al menos 29 asesinatos directamente vinculados a motivaciones políticas. Sin embargo, el Observatorio Nacional de la Violencia de Tegucigalpa, afirma que son 68 los políticos hondureños asesinados desde enero de 2021.
Así las cosas, la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, y la euro diputada croata Željana Zovko, jefa de la Misión de Observación de la Unión Europea (UE), han hecho un llamamiento urgente para que la jornada electoral se desarrolle en un ambiente de "serena convivencia civil".
Que el pueblo soberano se pronuncia
En un comunicado del mes de octubre, los obispos hondureños lanzaron un mensaje muy claro: "Honduras no merece votar por quienes quieren destruirla y buscan ganar las elecciones por cualquier medio, incluyendo el engaño y el fraude", reiteraron, pidiendo la elección de candidatos que no estén involucrados en la corrupción, el crimen organizado y el narcotráfico.
Por su parte, Cáritas Honduras subrayó que participar en los comicios de hoy “representa un deber patriótico casi inherente de cada uno de los hondureños habilitados para ejercer el sufragio con el fin de fortalecer la democracia, la institucionalidad y hasta la tan anhelada paz social (…) dar al traste la polarización política y sellar de una vez por todas la unidad del pueblo”.
Los hondureños están a tiempo de elegir con conciencia “para corregir errores del pasado y presente, definir una posición infranqueable en contra de la corrupción y todo aquello que les afecte como sociedad”, terminó diciendo el comunicado de Cáritas recordando también que “es imperante que el soberano acuda masivamente al llamado de la patria”.