Se dice que Juan Nepomuceno es el primer mártir en morir por defender el secreto de confesión. Pues era el confesor de la reina de Bohemia Sofía de Baviera, esposa del celoso rey Wenceslao IV.
Al rey se le ocurrió que el santo le debía contar todos los secretos de la reina para saber si cometía algo indebido en contra suyo, a lo cual, obviamente, el santo se negó en redondo. El rey enfurecido hizo torturar al santo y luego mandó arrojar su cuerpo al río Moldava.
A pocos días encontraron un cuerpo en el río, y según la leyenda, alrededor del cuerpo brillaban luces o estrellas indicando que era el cuerpo del santo. San Juan Nepomuceno es patrón de los confesores, de los que mueren ahogados y de los que sufren de calumnia.
Si sufres por una calumnia, chisme o difamación reza esta oración a san Juan Nepumoceno:
Dios misericordioso que todo lo puedes:
confiando en san Juan Nepomuceno,
te pido que me liberes de toda infamia,
deshonra y confusión,
en esta vida y en la eterna.
Dame la fuerza para no asustarme frente a quien me calumnia,
la seguridad de la presencia amorosa y consoladora
de tu precioso Hijo, Jesucristo.
Él, por medio de una infame muerte de cruz nos salvó,
y ahora vive y reina glorioso contigo
en unidad del Espíritu Santo,
consolador verdadero de los tristes y afligidos,
por los siglos de los siglos.
Amén.