Antes de que comiences a buscar en internet, puedes hacerte unas sencillas preguntas.
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La fórmula del Black Friday da el pistoletazo de salida a las compras de Navidad. Con el reclamo de un “no dejes escapar este descuento”, millones de personas en el mundo viven ese día como la ocasión de oro para encontrar precios rebajados, ofertas, descuentos de un 50% o incluso más… ¡Cómo no aprovechar el momento!
Pero tras esa capa de compra “inteligente” y rápida, se esconde alguna que otra sombra.
Lo cierto es que las compras en internet han aumentado de manera exponencial en los últimos años. Tres de cada 4 millennials han abandonado la compra presencial en una tienda física y se han pasado al comercio electrónico, según la publicación “Pymes y autónomos”.
Todo parecen ventajas, pero ¿estamos preparados para vivir el Black Friday a nuestra medida? ¿O nos vamos a arrepentir después porque hemos gastado más dinero de lo que podíamos permitirnos? ¿Será acertada nuestra compra?
Para que no tengas que lamentar las malas compras, te pueden ayudar estas 5 sencillas preguntas:
¿Lo necesito?
La compra en internet es atractiva. Los gigantes de las ventas del e-commerce sacan la artillería pesada. Las fotos suelen estar cuidadas y la campaña publicitaria hace que parezca que se acerca el fin del mundo. Es posible que a ti te llegue a generar la sensación de que no puedes vivir sin ese producto, pero ¿es así realmente?
Por un momento, imagínate qué ocurriría si transcurriera el Black Friday y tú no hubieras comprado eso. ¿Se arruinaría tu vida? ¿Te morirías? Entonces… tal vez no lo necesitas. Llevo el planteamiento al extremo pero es para que valoremos si realmente nos creamos necesidades de cosas materiales.
¿Lo necesito ya?
Ese “ya” es sintomático de la compra compulsiva. La experta en logística Yaiza Canosa, explicó recientemente que cada vez es mayor el volumen de paquetes que se transportan de un lugar a otro debido al crecimiento de las compras electrónicas. Sin embargo, observó que muchos compradores exigen que el paquete les llegue inmediatamente. “El consumidor quiere las cosas de inmediato, nos hemos vuelto caprichosos“, afirma.
Como consecuencia, uno de cada 3 compradores reconoce haber devuelto un paquete en los últimos tres meses. Puede que haya otras razones, pero sin duda la compra compulsiva y precipitada es una de ellas.
Piensa: si no lo pudiera tener ya, ¿perdería el interés por ese producto? Si es que sí, pregúntate si tu compra obedece a un capricho.
¿Lo usaré?
Una directiva de una residencia universitaria me explicó este verano que, al acabar el curso académico, las residentes dejaban mucha ropa “olvidada” cuando se marchaban. Muchas prendas estaban sin usar: las habían comprado un día por internet pero luego quedaron acumuladas en el armario.
¿Te ocurrirá lo mismo con esa prenda o ese complemento que te ofrecen en el Black Friday, por muy barata que sea? ¿Estamos hablando de la camiseta número 21 de tu vestidor?
¿No es suficiente lo que tengo?
La novedad es algo que a todos nos llama la atención. Nos gusta estrenar cosas, tener algo antes que los demás, hacernos con lo último en tecnología. Pero, ¿no podría alargar más la vida de los instrumentos que empleo? Hablo de teléfonos móviles, ordenadores, cámaras…
Puedes preguntarte si realmente necesitas lo más nuevo o si lo quieres por vanidad, para compararte con los demás y mostrarte superior a ellos. O quizá por autocomplacencia, porque esa compra alimentaría tu ego.
Si tu respuesta es: “es que a mí me atraen los retos y por eso quiero probar lo último”, desafíate a seguir empleando lo que tienes y a ver si eres capaz de llegar a la siguiente versión usando el aparato “viejo”. Propónte romper con la “caducidad programada” de los productos. Eso sí merece premio.
¿Mi compra es ecológica?
Si cada vez que veo una tontería de 0,80 céntimos hago una compra y esto supone un embalaje, un viaje en transporte y un trabajo de una persona que carga y descarga, ¿es ecológico? Cada paquete puede suponer varios kg de dióxido de carbono para la atmósfera.
¿Te has planteado los millones de paquetes que se mueven en una semana y que impactan en el medio ambiente? Si quieres ser ecológico, piensa en la huella que dejará tu compra.
Puedes optar, por ejemplo, por reunir varias compras en un solo pedido, por reducir el número de compras a las estrictamente necesarias o por comprar producto de proximidad (si es posible) cerca de tu casa o tu lugar de trabajo (también si es posible).
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