En contra de la voluntad de su familia, a pesar de que él no había indicado su voluntad de ser enterrado allí
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La exhumación de los restos del general Francisco Franco, que gobernó España desde 1936 hasta 1975, se llevó a cabo este jueves 24 de octubre. Los restos mortales del dictador fueron trasladados en helicóptero desde la basílica del Valle de los Caídos, donde fueron sepultados cuando falleció hace 44 años, hasta el panteón familiar de Mingorrubio, en el que ya está enterrada su esposa, Carmen Polo.
Mingorrubio es un cementerio situado en un barrio de Madrid del mismo nombre, cerca de El Pardo, donde vivió Franco hasta su muerte. Estaban presentes en la exhumación la ministra de Justicia, Dolores Delgado, como Notaria Mayor del Reino, y los familiares de Franco. Al llegar al cementerio se ofició una misa en su memoria.
Esta exhumación, que ha causado gran expectación en España ha tenido tres protagonistas: el Gobierno español, la familia del dictador y la Iglesia católica. La Santa Sede, al igual que el arzobispado de Madrid y la Conferencia Episcopal, dijeron que la exhumación era un problema que debían resolver la familia con el gobierno, y que la Iglesia no se oponía al cumplimiento de las leyes civiles.
Solo la familia de Francisco Franco y, en parte, la comunidad benedictina (17 monjes que conforman un priorato) se han opuesto a tal exhumación. La familia propuso que si se realizaba esta, los restos de Franco recibieran sepultura en la Catedral de la Almudena de Madrid donde la familia tiene un espacio reservado, lo que desagradó tanto a la Iglesia como al Gobierno.
El litigio, que ha durado casi un año y medio, ha sido resuelto por el Tribunal Supremo español que ha sentenciado que los restos de Francisco Franco fueran exhumados y trasladados al panteón familiar en Mingorrubio.
De hecho Franco nunca dijo que quería ser enterrado en el Valle de los Caídos. Lo decidieron el entonces rey Juan Carlos de Borbón y el presidente del Gobierno, Carlos Arias Navarro.
¿Qué es el Valle de los Caídos? Este es un valle en el que se levanta la Basílica de la Santa Cruz junto a un monasterio de monjes benedictinos, pertenecientes a la Congregación de Solesmes (Francia) y adscritos a la Abadía de Silos.
Así lo estableció el Breve (ley) de Pío XII de 1958 que dice: “constituimos para siempre, con nuestra Autoridad apostólica y en virtud de estas Letras, la nueva Abadía exenta, que ha de ser nombrada con el título de Santa Cruz del Valle de los Caídos, a la cual, como perteneciente a la Congregación de Solesmes de la Orden de San Benito, la hacemos partícipe de todos los y privilegios concedidos a los Abades tal familia religiosa. Sin que nada lo pueda impedir”.
La Basílica se erigió después de la guerra civil española en el valle de Cuelgamuros, en el término municipal de El Escorial, provincia de Madrid. Fue construido entre los años 1940 y 1958, principalmente por prisioneros políticos hechos durante la guerra (el trabajo sirvió para reducir las penas) y por trabajadores ordinarios. La basílica está rematada con una gran cruz de 150 metros de altura.
En ella fueron sepultados unos 33.000 “caídos” en la guerra civil, pertenecientes a los dos bandos, aunque no pocas veces sin consultar a las familias. Se ha considerado un “símbolo franquista”, pero la Iglesia lo ha rechazado, porque la abadía y la basílica de la Santa Cruz del Valle de los Caídos es ante todo un lugar de culto, custodiado por una comunidad benedictina.
Por otro lado, la Ley de Memoria Histórica afirma (art. 16): El Valle de los Caídos “se regirá estrictamente por las normas aplicables con carácter general a los lugares de culto y a los cementerios públicos. En ningún lugar del recinto podrán llevarse a cabo actos de naturaleza política ni exaltadores de la Guerra Civil, de sus protagonistas, o del franquismo”. Este artículo, que no tuvo ningún voto en contra (salvo dos errores), restituyó el sentido apolítico de la basílica de la Santa Cruz del Valle de los Caídos.
¿De quién es el Valle de los Caídos? Está en manos de una Fundación creada por Decreto-Ley de 1957, que entre otras cosas afirma (art. 3): “Los bienes de esta Fundación son: a) El Valle de Cuelgamuros con todos sus edificios (incluidos los mobiliarios y ajuares), terrenos y derechos accesorios”. Además son, “bienes de dominio público y tendrán, por consiguiente, el carácter de inalienables, imprescriptibles e inembargables, no estarán sujetos a tributación”.
La Fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos pertenece al Patrimonio Nacional. El conjunto monumental del Valle de los Caídos ha necesitado recientemente fondos para su rehabilitación, y los monjes se quejan de que los reciben a cuentagotas.
Los objetivos de la Fundación son: mantener el culto, mantener una escolanía, dirigir un Centro de Estudios Sociales con pensionados y becarios, mantener al día una biblioteca especializada en materia religiosa, celebrar ejercicios espirituales y mantener una hospedería.