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La devoción al Sagrado Corazón, ampliamente extendida hoy por todo el mundo, le debe mucho a san Claudio de la Colombiere.
Este sacerdote jesuita fue el primero que creyó en las revelaciones místicas recibidas por santa Margarita en el convento de Paray le Monial, Francia, y se dedicó en cuerpo y alma a propagarlas.
Durante un mes de ejercicios espirituales, se sintió llamado a consagrarse al Sagrado Corazón. Esta es una de las oraciones que escribió:
Oración
Adorable y amable Corazón de Jesús,
en reparación de tantos pecados e ingratitudes
y para evitar que yo caiga en tal desgracia,
te ofrezco mi corazón con todos los sentimientos de que es capaz
y me entrego todo a Ti.
Con la mayor sinceridad (al menos así lo espero)
desde este momento deseo olvidarme de mí mismo
y de cuanto pueda tener relación conmigo,
para eliminar todo obstáculo que pueda impedirme
entrar en tu Corazón divino que has tenido la bondad de abrirme
y en el que ansío entrar junto con tus servidores más fieles,
para vivir y morir invadido e inflamado por tu amor…
Sagrado Corazón de Jesús,
enséñame a olvidarme enteramente de mí,
ya que éste es el único camino para entrar en Ti.
Y puesto que cuanto haré en adelante será tuyo,
haz que no realice nunca nada que no sea digno de Ti.
Enséñame qué debo hacer para llegar a la pureza de tu amor,
del que me has infundido tan gran deseo.
Experimento una gran voluntad de complacerte,
pero al mismo tiempo me veo en la imposibilidad de realizarlo
sin tu luz especial y tu ayuda.
Cumple en mí tu voluntad incluso contra mi querer.
A Ti corresponde, Corazón divino de Jesús, cumplirlo todo en mí;
y de este modo, si llego a santo, tuya será la gloria de mi santificación.
Para mí esto es más claro que la luz del día,
pero para Ti será una magnífica gloria.
Sólo para esto deseo la perfección. Amén.
A lo largo de los siglos han sido muchas las personas que se han enamorado del Sagrado Corazón de Jesús. Aquí algunas de las frases más bellas que le han dedicado algunos santos: