Actualmente, la orden de predicadores cuenta con unos 6.000 hermanos, más de 3.000 monjas, 40.000 dominicos apostólicos y unos 100.000 miembros laicos
En la primavera de 1215 fue fundada la orden de predicadores en Toulouse (Francia), por el primero de ellos: Domingo de Guzmán (nacido en Caleruega, cerca de la ciudad española de Burgos sobre el 1770 y fallecido en la ciudad italiana de Bolonia en 1221).
Para ser más exactos, el primer convento de hermanos fue fundado en unos edificios que ya no existen situados en la actual plaza del Parlamento, de Toulouse. Esto le da a esta ciudad francesa un lugar de honor en la orden de predicadores.
Antes de Toulouse, Fanjeaux
Pero la aventura empezó antes. Cuando era canónigo de la catedral de Osma, en España, Domingo de Guzmán viajó a Francia con su obispo. El joven sacerdote tomó nota del estado de deterioro en el que se sumían las mentes, especialmente en el sur de Francia, devastado por la herejía cátara.
Impresionado, obtuvo instalarse cerca de Carcasona, en la ciudad de Fanjeaux, que pude considerarse la cuna de la orden.
Vivió allí diez años, recorriendo los pueblos y ciudades de los alrededores, predicando y anunciando a Cristo y disputando “con los cátaros, revestido de tres armas -la verdad, la caridad y la pobreza-, que le hicieron subir a los altares en 1234 y aseguraron la fecundidad de su orden.
Expansión en todo el mundo
La aventura dominica se inició en un lugar llamado Prulla, donde se agruparon las que fueron las primeras dominicas: un puñado de mujeres, la mayor parte de ellas convertidas del catarismo, sensibles al carisma del predicador y que, antes que los hombres, le siguieron. Ellas llevaron la obra naciente en la consagración a Dios y la contemplación.
En Toulouse se sentaron las bases de esta orden: vida comunitaria y ciudadana, oración, pobreza, estudio y predicación (finalidad de la orden). Desde 1217, Domingo envía de dos en dos (o más) a sus hermanos a predicar –mendicando- y fundar conventos.
Es así como se expande la orden, primero en Francia, después en Europa y de ahí en todo el mundo. Santo Domingo desempeñó también una función muy importante en la propagación de la oración del rosario.
150.000 personas en el mundo
Actualmente, la orden de predicadores cuenta con unos 6.000 hermanos, más de 3.000 monjas repartidas en 247 monasterios, 40.000 dominicos apostólicos en 119 congregaciones y unas 100.000 personas que pertenecen a las fraternidades de laicos.
El convento de Toulouse alberga a unos 50 hermanos de distintas nacionalidades, que se interesan especialmente por las enseñanzas de santo Tomás de Aquino, uno de los pensadores más traducidos del mundo, enterrado en la llamada Ville rose (en los Jacobinos de Toulouse).
Tres doctores, dos académicos, un premio Nobel de la paz
La orden cuenta con grandes figuras: san Alberto Magno, santo Tomás de Aquino y santa Catalina de Siena, doctores de la Iglesia; el apóstol y defensor de los derechos de los indios san Martín de Porres, santa Rosa de Lima, san Vicente Ferrer y otros santos y beatos.
También el pintor y beato Fra Angélico, Bartolomé de las Casas, el padre Henri-Dominique Lacordaire y el padre Ambroise-Marie Carré, ingresados en la Academia francesa (en 1861 y 1975).
Y el padre belga Dominique Pire, que recibió el premio Nobel de la paz en 1958; la eminente figura del Derecho Francisco de Vitoria, el padre André Gouzes fundador del festival de Sylvanès,…