En Cuento de Navidad de Charles Dickens, al personaje Ebenezer Scrooge le visitan tres espíritus que le muestran el error de su estilo de vida y lo guían a una conversión vital. Es un cuento clásico navideño que ha sobrevivido al paso del tiempo.
Curiosamente, un año después de que Dickens escribiera Cuento de Navidad, el escritor protestante vivió su propia experiencia espiritual. Escribió sobre ella en una carta a su amigo John Forster el 30 de septiembre de 1844, estando de vacaciones en Génova, Italia.
Dickens no estaba seguro exactamente de la identidad del Espíritu. Dice que "no se asemejaba a nadie que conociera, salvo en estatura", pero se refiere al espíritu como "espíritu de la pobre Mary", en referencia a su cuñada Mary Hogarth, que había fallecido.
¿Podría recordarle a alguna representación como estas?
El escritor protestante continúa explicando en la carta cómo podría haberle influido su dormitorio italiano, lleno de muebles católicos romanos, incluyendo un altar.
… hay un gran altar en nuestro dormitorio, en el que algunos familiares que una vez habitaron este palacio celebraron misa antiguamente; y me había percatado, antes de ir a dormir, que había una marca en la pared, por encima del sagrario, donde solía haber una imagen religiosa; y me había preguntado para mis adentros cuál debió haber sido el protagonista del cuadro y qué rostro tendría. En tercer lugar, había estado escuchando las campanas del convento (que repican a intervalos durante la noche) y había pensado, sin duda, en servicios católicos romanos. Y aun así, con todo esto, pon el caso de que ese deseo se cumpliera por cualquier voluntad ajena a mi intervención; y me pregunto si debería considerar esto un sueño o una Visión verdadera.
La validez de un sueño así es difícil de evaluar a partir de una única carta pero no sería la primera vez que la Virgen María visita a un no católico. A lo largo de la historia se sabe que se ha aparecido incluso a ateos.
Dickens quizás experimentara una versión de su propia historia, con la visita de una mujer celestial que intentaba orientarle a la práctica de la religión católica.