Los títulos en la Iglesia se usan para distinguir los cargos encomendados al clero, o bien, para denotar alguna deferencia por sus destacados servicios. Y seguramente los términos monseñor, obispo y cardenal nos suenan familiares.
Incluso, fuera de la liturgia, los miembros del clero tienen varias opciones de ropa que vestir. Para ocasiones más informales, la mayoría lleva una sencilla camisa negra con un cuello romano blanco.
Cuando asisten a eventos más formales o frecuentan la plaza de San Pedro en Roma, los obispos, cardenales y monseñores pueden llevar una sotana, que es indicativa de su oficio.
Sus sotanas tienen colores que las distinguen pero, desde lejos, no se diferencian con facilidad. Es incluso más difícil cuando estos servidores llevan una sotana negra con los ribetes y la faja de diferente color.
A continuación una guía rápida para ayudar a identificar cada color y su simbolismo.
Monseñor
Durante muchos siglos, el Papa ha tenido por costumbre conceder títulos honorarios a sacerdotes de su corte papal.
Había múltiples grados de honores que normalmente recibían únicamente los sacerdotes que trabajaban más próximos al Santo Padre en Roma.
Este título se fue expandiendo con el tiempo y se concedió a sacerdotes de Roma por recomendación de un obispo, aunque hace poco fue limitado de nuevo por el Papa Francisco para volver a la práctica antigua.
Como miembros de la corte papal, los monseñores llevan el color púrpura. Típicamente, los monseñores no tienen un zucchetto o solideo (el casquete para la cabeza) ni una cruz pectoral, lo cual los distingue de los obispos y cardenales.
El color púrpura (que es más cercano al magenta) está conectado con la tradición del Imperio romano de investir a los nuevos dignatarios con una toga púrpura.
En la heráldica medieval, este color simbolizaba justicia, majestad real y soberanía.
Obispo
Durante la mayor parte de la historia de la Iglesia, el verde ha sido el color de los obispos. Este color todavía puede verse en el tradicional escudo de armas que cada obispo escoge al ser elegido. Sin embargo, en el siglo XVI el color cambió a ‘rojo amaranto’, que recibe este nombre en referencia al color de la flor amaranto. En la práctica, se parece al color fucsia.
Puesto que es un color similar al púrpura, tiene un valor simbólico que señala a la tarea del obispo de gobernar su diócesis local.
Además del color, los obispos que llevan su sotana pueden identificarse por su solideo del mismo color y la cruz pectoral colgando sobre su pecho.
Cardenal
El nombre técnico para el color que llevan los cardenales es ‘escarlata’. Este color los distingue como miembros del Colegio de Cardinales y “príncipes” de la Iglesia.
Cuando el Papa coloca la birreta (un sombrero con 3 o 4 esquinas rígidas que se usa como parte de la vestimenta litúrgica) sobre la cabeza del cardenal, dice: “(Esto es) rojo [escarlata] como signo de la dignidad del oficio de cardenal, y significa que estás preparado para actuar con fortaleza, hasta el punto de derramar tu sangre por el crecimiento de la fe cristiana, por la paz y armonía entre el pueblo de Dios, por la libertad y la extensión de la Santa Iglesia Católica Romana”.
Curiosamente, la familia de pájaros que habita en América del Norte y del Sur conocida como “cardinálidos” (del latín Cardinalidae) fue nombrada en honor a esta clase del clero católico romano.