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La estatua de la Virgen no está, pero la gente la ve

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AICA - publicado el 13/02/15
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La imagen se ve muy bien desde la puerta de entrada y va desvaneciéndose si uno se acerca mucho al altar

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Puede parecer increíble, pero es una realidad. En la hornacina del retablo de la capilla del santuario Nuestra Señora de Lourdes, de Alta Gracia (Argentina), no hay ninguna estatua de la Virgen pero de hecho puede verse su imagen aunque el lugar esté comprobadamente vacío.

No se trata de una imagen plana sino con relieve, de tres dimensiones; pueden advertirse pliegues en el vestido. Se asemeja a una holografía. No es una ilusión psicológica fruto de la devoción exaltada de algunos peregrinos.

Todos los que acuden allí la ven -sean creyentes o descreídos- y de hecho la imagen queda registrada en las fotografìas que se tomen.

La imagen se ve muy bien desde la puerta de entrada y va desvaneciéndose si uno se acerca mucho al altar.

¿Desde cuándo ocurre este fenómeno?

Esta capilla fue construida y bendecida en 1927 y durante muchos años estuvo en el centro del retablo una estatua de la Virgen de Lourdes. En agosto de 2011 esa estatua fue retirada de su hornacina para ser restaurada. Uno de los sacerdotes a cargo del santuario se dispuso a cerrar la capilla y desde la puerta principal de la capilla vio una imagen que parecía de yeso en el lugar que ocupara la estatura. Se acercó reiteradas veces y al acercarse comprobaba que la imagen se desvanecía. Y la estatua no estaba allí, se hallaba donde la habían puesto al retirarla.

Ante el fenómeno manifiesto, visible por cualquiera que visite el lugar, los frailes carmelitas descalzos del santuario Nuestra Señora de Lourdes emitieron entonces un comunicado, en el que decían: “La manifestación de la imagen de la Santísima Virgen María no tiene hasta el momento explicación racional. Debe ser interpretado por el pueblo de Dios como un signo para acrecentar y profundizar la fe cristiana y suscitar en los corazones de los hombres la conversión al amor de Dios y su participación en la vida de la Iglesia”.

Historia

La capilla se encuentra en un amplio predio, en un parque de varias hectáreas, donde en 1916 se inauguró una réplica de la gruta Massabielle, de Lourdes, donde la Virgen se apareció en 1858 a Santa Bernardita Soubirous.

La idea y realización se debió a dos señoras porteñas, Guillermina Achával Rodríguez de Goyena y Delfina Bunge de Gálvez, escritora, esposa del escritor Manuel Gálvez.

Desde que se levantó la gruta, el lugar se constituyó en un centro de afluencia de peregrinos en el que fueron creciendo las manifestaciones de amor a la Madre de Dios. En 1922 se formó una comisión para construir cerca de la gruta una capilla, cuya piedra fundamental se colocó en 1924 y que el entonces obispo de Córdoba, monseñor José Anselmo Luque bendijo en 1927.

Jorge Rouillon

Artículo originalmente publicado por AICA

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