Un lugar muy amado por los cristianos ortodoxosLa última mención bíblica sobre la Virgen María se encuentra en los Hechos de los Apóstoles. Será la literatura apócrifa la que trate de aportar luz sobre los momentos finales de su vida terrena.
Se trata de una colección de antiguos escritos conocidos como “La dormición o el tránsito de la Virgen”, que recogen los relatos de la asunción de María.
Son acontecimientos que Jerusalén custodia entre sus piedras, bajo sus calles, en los santuarios levantados sobre los lugares en los que desde hace siglos se ha ido transmitiendo la memoria de aquellos hechos.
“De mañana, toma el cuerpo de la Virgen María y sal de Jerusalén por el camino que conduce al valle que bordea el Monte de los Olivos. Hay allí tres cuevas: una exterior, muy amplia; más adentro, una segunda cueva; y una tercera, más pequeña, todavía más escondida. En la pared oriental de esta última hay un banco elevado. Entra allí y deposita a la Santísima Virgen sobre ese banco” (del Transitus B. M. Virginis)
Una visita realmente inolvidable