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¿Cómo pueden ser tan valientes los mártires?

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Patricia Navas - publicado el 09/10/13
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Primera conferencia preparatoria de la macrobeatificación en Tarragona

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En la fidelidad a la verdad se inscribe el fenómeno de los mártires, indicó la directora de la Oficina para la Causa de los Santos de la Conferencia Episcopal Española, Encarnación González este martes 8 de octubre en una conferencia titulada “Los mártires, testimonios de la fe”, la primera de las que preparan en Tarragona la beatificación del Año de la Fe, que se celebrará este domingo.
 
“Sólo profundizando en la íntima conexión que existe entre fe, verdad, amor, libertad y fidelidad se comprende el valor con que pudieron afrontar el martirio”, afirmó.
 
“La relación entre verdad y libertad es esencial”, y hoy se encuentra ante el desafío del relativismo, continuó citando a Benedicto XVI. “Donde se cuestiona la verdad, se atenta la libertad y se niega un espacio a la fe”, añadió.
 
Para González, “la explicación del martirio cristiano se encuentra en la firme adhesión a Jesucristo aun a costa de la vida” y añadió que “murieron amando y perdonando: no podía ser de otra manera”.
 
“¿De dónde nace la fuerza para afrontar el martirio?”, preguntó en una ocasión Benedicto XVI, recordó la conferenciante, y respondió: de la profunda unión con Cristo.
 
El martirio no es resultado de un esfuerzo humano sino la respuesta a una iniciativa de Dios, es fruto de la gracia que hace capaces de dar la vida por amor a Cristo, a la Iglesia y al mundo, explicó.
 
“El poder de Dios se manifiesta plenamente en la pobreza de quien se encomienda a Él y sólo en Él pone su esperanza, continuó-. Pero la gracia de Dios no sofoca la libertad de quien afronta el martirio, sino que la enriquece y la exalta”.
 
El mártir es una persona sumamente libre, respecto al poder, respecto al mundo, que en un único acto definitivo de entrega de toda su vida a Dios, que en un acto de fe, esperanza y caridad se abandona en las manos de su Redentor, sacrifica su vida para ser asociado de modo total al sacrificio de Cristo en la cruz –añadió-. En un apalabra, es un gran acto de amor en respuesta al inmenso de amor a Dios.
 
 
A las puertas de un gran acontecimiento
 
“Tocamos con nuestras manos y percibimos con los ojos del corazón el gran acontecimiento que tendrá lugar en Tarragona el próximo domingo día 13. Ya están a las puertas de su viaje los peregrinos y ya tienen preparada la acogida los trabajadores y voluntarios”. Así empezó su conferencia, y rápidamente entró en materia.
 
“¿Podríamos olvidar a los mártires?”, preguntó. “No es fácil –y en principio puede no resultar atractivo- adentrarse en un tema tan complejo como el martirio cristiano –reconoció- y más si nos referimos a los mártires del siglo XX”.
 
Esta dificultad se debe, explicó a que “aunque su médula rebose fidelidad, amor, perdón y paz, su testimonio está envuelto en una corteza de violencia y agresión, violencia que se inscribe en un conflicto entre laicismo y religión, de honda raíz histórica y con evidentes conexiones con otras políticas persecutorias en Europa y en Asia”.
 
La historiadora recordó que la Iglesia nunca ha dejado de recordar a los mártires, acudiendo a sus tumbas, venerándolos a lo largo de XX siglos, evocándolos en la plegaria eucarística, celebrando su fiesta,…
 
En referencia al siglo XX y al XXI, destacó que “han vuelto los mártires” y que la Iglesia sigue pidiendo no olvidarlos nunca. En los orígenes de la Iglesia, fue más fructífera la sangre de los mártires que la libertad de los cristianos, dijo citando a Juan Pablo II.
 
“En España también hemos sido testigos de un considerable número de mártires”, dijo, y precisó: Hasta ahora 11 de ellos son santos y 590 beatos, a los que se sumarán este domingo 922, llegando a la suma de 1523 mártires canonizados o beatificados. De otros muchos está en curso su causa.
 
En estos momentos, la base de datos de la Conferencia Episcopal Española recoge datos de 16.000 testigos de la fe y faltan muchísimos, explicó González.
 
La fuerza del martirio
 
“El martirio de los cristianos en la historia reciente entraña un mensaje profético, es una puerta abierta al futuro –afirmó-. Es una lección ardua pero fecunda, insuficientemente estudiada y aprendida que no habrá más remedio que abordar porque se impondrá por sí sola por la fuerza misma del patrimonio evangélico que conlleva”.
 
Para la experta, “cuando en este 50º del Concilio Vaticano II volvemos los ojos a la Dignitatis Humanae sobre la libertad religiosa o recordamos la declaración universal de los Derechos del Hombre nos preguntamos cómo es posible que un valor tan universalmente aceptado como es el de la libertad choque con todo tipo de obstáculos cuando se trata de practicar la religión cristiana”.
 
“Muchos miles de cristianos están sufriendo hoy el martirio –recordó-: la fuerza de las ideologías totalitarias, la progresiva negación práctica de espacios de libertad y el relativismo han creado un paisaje árido y desolado donde la vida de la fe debe hacerse fuerte para no declinar, para no caer en la tibieza y ser capaz de florecer”.
 
González se refirió a los datos del año 2012 de los informes de la persecución de los cristianos en el mundo de Puertas Abiertas y el de la fundación de Ayuda a la Iglesia Necesitada.
 
Y habló de las causas concretas: Las discriminaciones graves y actos de violencia que sufren los cristianos en el mundo se deben al islamismo totalitario en primer lugar, pero también al nacionalismo religioso (como en la India) y a la “típica y pertinaz intolerancia laica que solapada en solemnes proclamas de libertad es sumamente rígida a la hora de impedir cualquier manifestación de la fe cristiana”, dijo.
 
Pero lo más grave, en su opinión, es que esta persecución no presenta signos de retroceder. Y el 70% de los habitantes de la Tierra están sometidos a fuertes restricciones en el ejercicio de su libertad religiosa.
 
Respecto a la solución, González afirmó que “no puede existir pasión por la libertad si no existe pasión por la verdad. Seguramente la falta de confianza en la verdad es la auténtica causa de los problemas que pesan sobre nuestra cultura y sobre las instituciones políticas”.
 
Ante el clima adverso a la profesión de la fe, González señaló que “los mártires aportan un contundente argumento a favor de la verdad y la libertad”.
 
Y profundizando más en la esencia del martirio, añadió: “La bienaventuranza conlleva la cruz, la persecución, el dolor, a modo de Jesucristo, pero los sufrimientos de este tiempo no se pueden comparar con la gloria que un día se manifestará”.
 
¿Por qué se beatifica a los mártires? ¿Por qué en este Año de la Fe? ¿Por qué queremos recordar y ensalzar a los mártires en un momento de pensamiento débil, de soluciones fáciles, de individualismo?, preguntó González.
 
Y respondió citando a san Agustín de Hipona: “Ellos, los mártires, no necesitan de nuestras festividades porque gozan en los cielos de compañía de los ángeles pero gozan con nosotros no si los honramos, sino si los imitamos”. “Poned pues atención , hermanos, celebrad las pasiones de los mártires pensando en imitarlos; elige tu causa y no te preocupes de la pena”, decía san Agustín.
 
González recordó que con los nuevos mártires “celebramos también a todos los mártires de todos los países y de todos los tiempos”. Y concluyó: “Con tan nube de testigos tenemos motivos para alimentar la esperanza”.
 
Ver aquí la conferencia completa.

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