Aleteia logoAleteia logoAleteia
sábado 27 abril |
San Isidoro de Sevilla
Aleteia logo
Estilo de vida
separateurCreated with Sketch.

Cómo confiar en Dios cuando el miedo al coronavirus te paraliza

STRACH

Joshua Rawson-Harris/Unsplash | CC0

Edifa - publicado el 23/03/20

"No teman", nos dice Jesús en el Evangelio (Mc 6:50). Sin embargo, a veces parece difícil vivir sin miedo y pánico, especialmente cuando las pruebas e incertidumbres oscurecen las perspectivas de futuro. ¿Cómo se puede luchar contra los propios miedos cuando el mundo entero se encuentra bajo la espada de Damocles del coronavirus? 

A veces parece fácil vivir en confianza: cuando todo va bien, o casi todo. Es muy diferente cuando las dificultades e incertidumbres oscurecen las perspectivas de futuro. Si además eres una persona ansiosa, la confianza se convierte en un reto imposible de superar.

Deshacerse del miedo poco a poco

La confianza no puede ser decretada. En cierto modo, los pensamientos oscuros, las preocupaciones y las ansiedades nos invaden a pesar de nosotros mismos y adquieren, especialmente por la noche, proporciones exageradas. Desearíamos no tener más miedo, pero nos sentimos terriblemente impotentes.

Entonces, existe una gran tentación de desanimarse, incluso de desesperarse: “La confianza incondicional es para los santos, no para mí”, nos decimos a nosotros mismos. Nos sentimos muy lejos del alegre descuido recomendado por Jesús e incapaces de librarnos de las preocupaciones que nos oprimen. Y sin embargo, el llamado de Jesús a entregarnos al amor del Padre no concierne solo a algunos de nosotros. Es para todo el mundo, no importa cuáles sean las preocupaciones.

La confianza es un camino: para llegar allí, hay que dar un paso a la vez. Con otras palabras, para crecer en confianza, hay que multiplicar los pequeños actos de abandono, sin desanimarse. Incluso si tenemos la impresión de que estamos avanzando a pasos chiquititos, ¡no importa!

En primer lugar, porque miles de pequeños pasos son mejores que un gran paso de vez en cuando. Segundo, y más importante, porque somos absolutamente incapaces de juzgar la importancia de nuestro avance: un pequeño acto de abandono durante la parte más difícil de la prueba puede representar, a pesar de las apariencias, un gigantesco paso adelante.

Todos podemos cultivar el abandono. ¿Cómo?

Primero, al querer e intentar abandonarse.

Segundo, al aceptar con humildad lo que no está en nuestras manos.

Tercero, al decidir entregar todas nuestras preocupaciones a Dios. Al elegir poner nuestra confianza en Él.

No depende de nosotros sentir esa confianza, pero sí de desearla.

Concretamente, esto significa que, a pesar de estar torturados por la angustia, todavía podemos decir al Señor:

Me gustaría creer en ti.

Me gustaría confiar en ti.

Me gustaría tener suficiente fe y esperanza para abandonarme en tus manos.

Esta pobre oración es un acto de confianza muy hermoso. Y el que grita así al Señor nunca lo hace en vano. Sin saberlo, sin ver nada de ello, ya está en los brazos de Dios. Ya ha entrado en confianza.

La confianza es un regalo de Dios. Como todo regalo de Dios, se ofrece a todos, incondicionalmente y sin límites. Falta desearlo y pedirlo, para estar preparado para aceptarlo.

Cuando, por orgullo, queremos superarlo todo solos por nuestra cuenta, hacemos imposible la confianza. Cuidado cuando decimos: “La confianza es para los santos, no es para mí. Es demasiado hermosa”. Porque sí, es demasiado hermoso, pero todo es demasiado hermoso. El niño que recibe un regalo maravilloso no lo rechaza con el pretexto de no ser digno de recibirlo. Él se lanza a por el regalo con entusiasmo. Así es como Jesús nos pide que aceptemos los regalos de su Padre. Así es como nos llama a entrar en la confianza.

Christine Ponsard


GUILLERMO GOMEZ

Te puede interesar:
Así afronta esta familia la muerte del padre por coronavirus

Tags:
coronavirus
Apoye Aleteia

Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia.  Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.

  • 20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
  • Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
  • Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
  • Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
  • 600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
  • Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
  • Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).

Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.

ES_NEW.gif
Oración del día
Hoy celebramos a...




Top 10
Ver más