Hay días en que recuerdo el sagrario de mi infancia en Colón. Quedaba enfrente de mi casa. Era apenas un niño y tenía la certeza que allí habitaba Jesús, mi mejor amigo. Salía asomarme por la ventana de mi casa para saludarlo. Él vivía enfrente, cruzando la calle y un pequeño parque.
Hay días en que imagino que estoy allí, con Él, en su presencia, contándole lo que ocurre en este mundo. Y siento que me sonríe y me da ánimos para seguir, a pesar de su tristeza al ver lo que hacemos con este don de Dios que es la vida.
Hay días en los que necesito sumergirme en mi refugio, la oración.
Cuando rezo sé ante quién estoy, reconozco su presencia y majestad. Somos Dios y yo, un simple mortal. Por eso me hace tanto bien rezar.
Este mundo tiene una gran necesidad de tus oraciones. Rezar por ti y tu familia, los que se han desviado del camino, los que sufren, los que viven en pecado, los pobres y necesitados, nuestros sacerdotes, la Paz…
Hay días en que debes olvidarte de ti. Dejas a un lado tus problemas, tu angustia, esa zozobra que no te deja vivir en paz. Te olvidas de ti para pensar en los demás. Mira a tu alrededor, no sabes qué tipo de cruz carga cada uno sobre su hombro. Aquél que te miró mal, el que no te dio paso con su auto… tantos que tienen problemas que no imaginas y luchan cada día por salir adelante. Y necesitan tus oraciones.
Hay días en que recuerdo impactado las palabras de la Virgen en Fátima: “Rezad, rezad mucho y haced sacrificios por los pecadores porque muchas almas van al infierno por no tener quien se sacrifique y rece por ellas”.
Esto ya lo sabes, mi lugar favorito para rezar es ante un sagrario, en la presencia viva de Jesús Sacramentado. Me gusta ir algunas madrugadas, cuando está solo, para acompañarlo. Hacemos bromas, le cuento mis cosas, le pido por los míos y por ti, por tus necesidades.
Y me doy cuenta lo especial que eres para Él. Si te dieras cuenta. Eres su ilusión, su gran amor.
Este domingo estuve en un pequeño oratorio del Santuario Nacional del Corazón de María visitando a Jesús. Me encanta estar allí en Su presencia, que sepa que le quiero.
Grabé un pequeño video para ti.
No dejes de visitarlo. Y cuando vayas, por favor dile: “Claudio te manda saludos Jesús”.
¿Sabías que Aleteia está buscando custodias que tengan la forma de la Virgen María embarazada?
¿Conoces alguna custodia así de hermosa en tu país? Queremos invitarte a enviar fotos.
¿Te animas? Nos encantaría recibir fotos de diferentes países. Vamos a publicar las más bellas, aunque seguro todas serán preciosas.
¡Que la Virgen María, nuestra Madre, te bendiga y te guarde!
¡Amemos mucho a Jesús Sacramentado!
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Decía don Bosco que nada hace tanto bien al alma como la lectura de un buen libro. Conoces los de nuestro autor Claudio de Castro? Son Vitaminas para fortalecer el alma.
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