¿Para qué sirve la Biblia? ¿Te lo has preguntado?

Claudio de Castro - publicado el 05/09/20

Dicen que la Biblia es el libro más leído en el mundo. Ha sido traducida a cuanto idioma puedas imaginar.

Recuerdo cuando era niño e iba con mi mamá a diferentes casas de visita.  Siempre veía en alguna repisa, en un pasillo, una Biblia abierta, por lo general en el salmo del Buen Pastor. Me llamaban la atención…

Creo que te he contado sobre un compañero mío del colegio que murió de una enfermedad terrible y que al que le escribía para consolarlo. Un día me respondió con una carta contándome lo dolorosa que era su enfermedad y cuánto sufría. Él había sido médico y salvó muchas vidas y no podía salvar la suya con todo el conocimiento del mundo. Pero un libro en particular le daba gran consuelo y lo ayudaba a soportar esas horas de angustia y dolor.

Textualmente me escribió: “La Biblia que me regalaron el día de mi graduación del colegio es la que ahora me consuela en las horas de angustia. No sé por qué antes nunca la abrí, pero sin ella no podría estar dónde estoy. Leerla me ha traído una gran paz y una serenidad que nunca imaginé ni esperé”.

Suelo tener una Biblia a mano, está toda subrayada. Me encanta leerla y siempre me sorprendo con palabras nuevas y diferentes.

Algunas personas se preguntan para qué sirve la Biblia, qué efecto tiene en nosotros leerla y por qué se nos pide hacerlo. Por qué es tan importante que aquella Biblia olvidada, arrinconada en una esquina de la casa la abramos y empecemos a leerla.

San Francisco de Asís le llamaba: “la boca de Dios”. Los grandes Santos de nuestra Iglesia nos dicen que cuando rezamos hablamos con Dios y cuando leemos la Biblia, Dios habla con nosotros.

Las mismas escrituras nos aclaran el poder de la palabra de Dios.

Ciertamente, es viva la Palabra de Dios y eficaz, y más cortante que espada alguna de dos filos. Penetra hasta las fronteras entre el alma y el espíritu, hasta las junturas y médulas; y escruta los sentimientos y pensamientos del corazón. No hay para ella criatura invisible: todo está desnudo y patente a los ojos de Aquel a quien hemos de dar cuenta.” (Hebreos 4. 12-13)

Y si te sigues preguntando para que es útil leer la Biblia….

“Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para argüir, para corregir y para educar en la justicia;” (II Timoteo 3,16)

¿Y qué debo hacer luego?

“Pongan por obra lo que dice la Palabra y no se conformen con oírla, pues se engañarían a sí mismos. El que escucha la palabra y no la practica es como aquel hombre que se miraba en el espejo, pero apenas se miraba, se iba y se olvidaba de cómo era.” (Santiago 1, 22-24)

Y al final ¿qué obtendré?

“…desde niño conoces las Sagradas Letras, que pueden darte la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús.” (II Timoteo,15)

Ahora lo sabes, Dios te quiere hablar, ¿lo escucharás?

Abre tu Biblia y lee.

¿Te ha gustado leer este artículo? ¿Deseas leer más?

Recibe Aleteia cada día.

Apoye Aleteia

Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia.  Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.

  • 20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
  • Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
  • Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
  • Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
  • 600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
  • Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
  • Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).

Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.