Recuerdo hace muchos años haber leído unas palabras de Don Bosco sobre el bien que hace al alma leer buenos libros de espiritualidad.
Mis libros favoritos eran novelas de grandes aventuras, debo reconocerlo. Y siendo ya un lector consumado no me fue difícil hacer mi listado de nuevos libros por leer y empezar a llenar mi pequeña biblioteca. Recuerdo que iba los sábados con mi familia a una librería católica y allí me daba gusto comprando los libros de la semana. Así llegué a leer y conocer las vidas de muchos santos.
Cada vez que leía un capítulo me daba cuenta que ellos vivieron en este mismo mundo. Y estaba expuestos a peligros incluso mayores que nosotros.
Tal vez de allí estas palabras de Jesús, que nos recuerdan que vivimos en este mundo pero no pertenecemos a él.
Tenemos un destino glorioso esperándonos en el paraíso.
“No te pido que los retires del mundo, sino que los guardes del Maligno. Ellos no son del mundo, como yo no soy del mundo”. (Jn 17, 15-16)
Sabiendo esto y que llegaron a ser santos, te preguntas algo fundamental:
“¿Cómo lo hicieron?”
La lista es enorme y sorprendente. Hay todo tipo de personas en ella: Un recaudador de impuestos, un perseguidor de la Iglesia, un político, un escritor, un sacerdote, una religiosa, unos padres de familia, un prisionero de un campo de concentración…
¿Acaso tenían algún secreto?
Encontré algunas afinidades entre ellos, a pesar que siguieron diferentes caminos. Me animé a escribirlas y llamar a este listado singular: “Los secretos de los santos”.
Son como señales de tráfico que te indican: “Detente aquí, gira a la derecha, no pases de tal velocidad…”
Son indicaciones para crecer en santidad. Y si a ellos les sirvieron, evidentemente nos pueden servir a nosotros también. Algunas son de lo más sencillas y cotidianas.
- Decídete por Jesús.
- Custodia tu estado de gracia como un tesoro.
- Sé devoto de la Virgen María y el buen san José.
- Gasta tu vida por los demás, haciendo el bien.
- Confía en Dios para todas tus actividades, sabiendo que no estás solo.
- Procura estar alegre.
- Sé honrado y justo. Y haz tu trabajo lo mejor posible.
- Frecuenta los sacramentos.
- Visita cada vez que puedas a Jesús Sacramentado, en el sagrario.
- Reza y no pierdas la presencia de Dios en tu vida.
- No importa las carencias que tengas, si Dios te pide algo hazlo, sin dudar un segundo. Él proveerá lo que necesitas.
- Ama mucho, a todos. Y ten caridad con todos.
No hay nada nuevo. Esto ya lo sabes.
¿Te gustaría descubrir algo sorprendente?
Lee las cartas de San Pablo.
En el capítulo 12 sus palabras son tan inspiradoras que podrían cambiar el rumbo de tu vida.
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¿Conoces otros secretos de los santos?
Compártelos con nosotros.
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Te invitamos a leer los libros que inspiran, de nuestro autor, Claudio de Castro