Desde que era un niño quería ser escritor. Publicar libros. Crear mundos. Y se me ocurrió empezar escribiendo mis ideas en un diario que mi padre me había obsequiado. Había leído que un escritor se hace escribiendo. Desde aquél día lo anotaba de todo en aquél diario. Eran frases muy cortas, pero, en fin, era un principio.
Me di gusto inventando palabras, frases extrañas, trabalenguas.
Cuando lo terminé, inicié otro y luego otro. Me casé, nacieron mis hijos y llevé un diario de cada uno de ellos, desde que recibimos la extraordinaria noticia que vendrían a enriquecer el mundo.
En ellos descubro un Claudio más joven, lleno de esperanzas, con grandes sueños.
Esta cuarentena obligatoria nos ha permitido un tiempo extra en casa que no solíamos tener por vivir tan ocupados en lo cotidiano.
Si te detienes a pensar, la agenda agitada que llevabas, te ha arrebatado gran parte de tu vida. Y la hemos disfrutado muy poco.
Apenas hace una semana encontré uno de aquello diarios y en él descubrí un tesoro: escritos sobre “la vida en familia”.
15/7/95
Estoy en casa tomando vacaciones de 15 días.
Hoy dormimos en la cama con José Miguel, el más pequeño de mis hijos. Llegó caminando medio dormido, a media noche, y se acurrucó en medio mío y de Vida, su mamá.
Es muy inteligente. Coloca una mano o un pie sobre mí.
Es como un sensor de movimiento. Le indica si me levanto de la cama o me alejo de él, o si lo voy a cargar para llevarlo a su camita.
Es un sensor con una alta sensibilidad al movimiento (una alarma bien calibrada).
—No te vayas papito —me dice en voz muy baja.
—No me voy mi rey. Me quedaré siempre contigo.
Y se vuelve a dormir tranquilo.
Claudio Guillermo y Ana Belén, mis otros hijos, hacían lo mismo a su edad.
A veces bastaba solo el contacto leve de su dedo sobre mi espalda o mi brazo. Era su “machín” para darse cuenta si papito o mamita se iban de su lado.
Encontré unos dibujos de lo más simpáticos que me hicieron mis hijos de pequeños. Te comparto algunos.
La verdad es que soy identico, no he cambiado nada.

En mi país, Panamá, estaremos celebrando el día del Padre el 21 de junio. Este año es singular por encontrarnos en esta cuarenta.
Les envío desde Aleteia un saludo fraternal a todos los que han tenido la experiencia inolvidable de ser papás.
Disfrútenlo…
Creanme, la vida pasa rápido, los hijos crecen y se van.