Hoy es el día de la beata Sor María Romero Meneses, celebrando su partida al cielo. Fue una gran amiga de mi mamá. Lo primero que hice temprano, como todos los años para esta fecha, fue despertar a mi mamá, Maria Felicia Soto de Castro, para felicitarla por sor María.
Mi mamá fue una de las primeras misioneras que tuvo sor María cuando inició su hermoso apostolado en Costa Rica. Crecí escuchando en casa historias de sor María. Fueron tantísimos los milagros que rodearon a esta religiosa salesiana, y las gracias que recibió del cielo, que te deja impresionado tanto amor de su Reina, María Auxiliadora, por la humanidad.
Sus dos grandes amores fueron la Virgen Santísima y Jesús Sacramentado, a quien acudía a diario a verlo en el sagrario y le llenaba de piropos.
Tenía un rosal cerca de la capilla de la que cortaba las rosas más frescas y hermosas y las colocaba en una tablilla, cerca del sagrario, para que el dulce aroma de las flores le llegara a Jesús.
Cada vez que viajo a Costa Rica, acudo con mi esposa Vida a la “Casa de María Auxiliadora” donde reposan sus restos mortales para saludarla y agradecer tantos favores a mi familia. Allí se respira un ambiente de oración silenciosa y fervorosa. Solemos participar de la santa Misa y luego un rato de oración en la presencia de Dios.
Qué bien se siente estar en la casa de la Virgen.
Les comparto algunos vídeos sobre Sor María para celebrar su maravillosa amistad, su vida y milagros. Mi papá convirtiéndose fue uno de tantos. Uno de los más impresionantes.
Gracias sor María. Un saludo hasta el cielo!