Su autenticidad ha vuelto a emocionarme. Hacía meses que no tenía noticias de ellos, pero hoy en el vídeo he encontrado la dosis “extra” de humanidad y de esperanza que necesito para sentirme mejor que bien.
Conozco a Carmen Sara Floriano y a Luis Guitarra desde hace tiempo y sé que no cuentan, ni cantan nada que no vivan. Su sensibilidad y su coherencia siempre me resulta estimulante y esta vez no ha sido una excepción.
En cuanto lo he visto se lo he mandado por whatsapp a mi hijo. No voy a competir con su smartphone, pero sí puedo colarme en su pantalla favorita con los contenidos que yo quiero. Porque aunque el Día Internacional de la Paz fue el jueves, siempre es buen momento para hablar del tema. En este caso, con el pretexto de la canción, le he propuesto que cuando tenga la tentación de enzarzarse en una discusión piense en esta frase e intente frenar. Porque la paz hay que cultivarla también en casa, donde a menudo parece prevalecer el impulso de querer tener razón, sobre la necesidad de que la convivencia sea agradable.
Qué complicado encontrar el equilibrio para decir lo que pensamos sin enredarnos en una discusión cuando el ambiente está tenso. Por eso, cualquier truco, idea o imagen que pueda conmover a “mi adolescente favorito” es bienvenida.
A los pocos minutos de enviarle el mensaje recibí un “gracias, mamá”. Así que quiero pensar que he acertado sustituyendo la tradicional “chapa materna” por un poco de poesía y con el lenguaje de la música, que con mis hijos siempre ayuda.
Mi experiencia es que los niños son muy sensibles al tema de la paz, pero les cuesta descubrir que los motivos que llevan a la guerra a grandes niveles son los mismos por los que nos enzarzamos en casa. Y aunque no está en mi mano terminar con las grandes contiendas, sí puedo poner mi granito de arena para que mis hijos sean conscientes de este drama y para que aprendan a convivir sin tener que llegar a levantar la voz o las manos. @amparolatre
Hoy celebramos a...