Que levante la mano la familia que no intente ahorrar dinero.
En cualquier familia con niños -si es numerosa, ni os cuento- los gastos se disparan. Por eso es bueno pararse a pensar en qué se nos va el sueldo “si no salimos, no compramos nada carísimo y tampoco nos vamos de crucero en verano”.
Pues se va en las cosas del día a día y lo que suele pasar es que a menudo gastamos mucho más de lo necesario. Y con la comida o la ropa, como son cuestiones tangibles, es más fácil plantearse el reciclar, heredar o intentar sobrevivir con “quita y pon de uniforme” en lugar de con más prendas. Pero ¿qué sucede con la energía?
Tenemos la suerte de tener luz y agua sin reparar en lo que supone no tener acceso a ello en muchos lugares del planeta. Por no hablar del impacto en el medio ambiente que tiene nuestro estilo de vida.
Por eso, no solo por puro interés económico, sino también por una cuestión ecológica, es importante que en casa hagamos un consumo responsable de la energía. Para avanzar en este reto que Os hemos propuesto, he encontrado mucha ayuda en mi amiga Rita Alonso de Domus, que tiene el noble propósito de ayudar a las familias a disfrutar más de la vida si logramos organizarnos mejor, y que en las últimas semanas se ha propuesto dar un empujón a esto del ahorro energético.
Empezando por tener unas buenas ventanas que no nos obliguen a utilizar más calefacción de la cuenta o por programar un termostato que nos permita tener la calefacción apagada durante las horas en las que estamos, pero que mantenga nuestra casa a una temperatura agradable cuando lleguemos de trabajar o del colegio.
Los grandes cambios se fraguan con pequeños gestos y en esto nuestros peques pueden ser nuestros mejores aliados. Podemos sustituir los baños por duchas; utilizar la luz natural cuando no sea necesaria la artificial o no dejar el agua correr mientras nos lavamos los dientes o nos enjabonamos las manos.
En casa “mi benjamina” tiene el cometido oficial de apagar las luces que se quedan encendidas; un encargo del que presume y que se le da genial. Y últimamente intentamos poner la lavadora y el lavavajillas por la noche. Pero es cierto que nos queda mucho por hacer. Por ejemplo, apagar de verdad los electrodomésticos, que muchas veces se quedan en “stand by” durante la noche.
Hoy comentaba con “mi mediana” que es un tema que requiere planificación y vencer la pereza. Porque de entrada, no preferimos ir en metro o apretujada en autobús pudiendo ir cómodamente sentada en un coche.
Pero es importante que venzamos la comodidad. No hablamos solo del bolsillo, sino del planeta y de valores. Me suena a burla lo de dejar correr el agua “al tuntún” mientras en las antípodas hay un niño que muere deshidratado. Creo que lo mejor para mis hijos no es tener de todo y en abundancia, sino aprender a vivir gastando solo lo necesario. @amparolatre