Por lo general me siento joven, pero hoy me he sentido mayor.
Ha sido de golpe.
Realmente han sido tres golpes, seguidos de otros tres.
Al llegar al trabajo he comentado inocentemente la muerte de Francis Lai, el compositor de la banda sonora de la película “Love Story”, entre otras, y mi sorpresa ha sido que inmediatamente tres compañeros más jóvenes que yo han pedido que les contextualizara la noticia, porque ni conocían la melodía, ni les sonaba de nada el título de la película.
De repente me he sentido mayor.
La película se estrenó unos años antes de que yo naciera, pero “en mi época” todos reconocíamos esa melodía, que de hecho tarareábamos cuando queríamos burlarnos de algún amigo sugiriendo que le gustaba alguien en concreto.
La situación me ha hecho caer en la cuenta de la tremenda juvenilización de determinados ambientes profesionales. Y qué queréis que os diga, es una pena porque resulta empobrecedor.
A mi edad no me siento en condiciones de enseñar mucho a nadie, aunque es cierto que ya tengo un recorrido en el sector.
Una de las circunstancias que más disfruto de mi trabajo es tener cerca a personas que me sacan más de una década. Sin embargo, son una minoría y repito; es una pena.
Con este “come-come” hemos llegado a la hora de comer y tres compañeros jovencitos seguían con la guasa: “Nos vamos a comer. Es una comida solo para los que no conocemos ‘Love Story'”. Ahí estaba el segundo golpe, que me ha recordado que me hago mayor, aunque me sienta una pipiola.
Con alguno de ellos a veces hago un poco de madre y por eso. Mientras observaba cómo se marchaban, he recordado a mis hijos. Aún no tienen claro hacia dónde apunta su vocación. Pero espero que decidan lo que decidan, tengan cerca a muchos veteranos de los puedan aprender criterio; en los que descubran que la experiencia es un grado y a los que también ellos puedan descolocar en el mejor sentido de la palabra, con sus ganas de aprender. Porque todos podemos caer en la tentación que acomodarnos y ellos, con su ilusión, son el mejor antídoto.
En algunas profesiones parece que los “recién licenciados” son los que mejor se adaptan a la envenenada “flexibilidad y disponibilidad”, tan demandada en el actual mercado laboral. Sin embargo, personalmente echo de menos una mezcla más equilibrada entre profesionales de distintas generaciones. Porque no me cabe la menor duda de que las buenas mezclas siempre dan resultados excelentes.
Qué le vamos a hacer, hoy me he sentido mayor. @amparolatre